24 diciembre 2011

Sueño Inusual. Capítulo 4: El señor Tellman ha vuelto.

Ya han pasado 3 meses desde que me recuperé de la caída, todo va normalmente, Anette sigue progresando con el embarazo, ya se le nota la barriga, pero intento no mencionarla, últimamente está muy susceptible a cualquier tipo de comentario acerca de su peso.

Caminaba por el bosque en busca de unas setas que en esta estación empezaban a salir, esas setas se encontraban en la parte baja de los árboles del oeste de la isla, debajo de una especie de sauces llorones, pero un tanto extraños pues de sus ramas no cuelgan lianas con hojas, sino espinas, como si fuera una zarza. Ese árbol da unos frutos que se utilizan para tratar las inflamaciones, lo difícil es conseguirlos, pues están en la copa y como ya podía imaginar es muy difícil subir sin pincharte. Yendo de camino hacia el oeste de la isla pude ver un helicóptero pasar por encima de la isla, era la primera vez desde hacía mucho tiempo que no veía uno y desde luego no iba a dejar que se fuera sin pedir ayuda para salir de la isla, así que encendí un fuego en un claro del bosque e hice señales de humo, las aprendí de pequeño cuando me iba de acampada con los amigos. Al parecer el helicóptero vio las señales y se dirigió a aterrizar en la parte sur de la isla, allí hay una zona perfecta para aterrizar. Corrí hacia esa parte con la esperanza de encontrar al helicóptero y eso fue lo que encontré, pero antes de poder llegar a verlo por completo escuché una voz que me era familiar, era la voz del señor Tellman, era el hombre de traje que venia a verme de vez en cuando mientras estaba en el laboratorio con Anette y su madre. Un movimiento instintivo me hizo esconderme rápidamente, me escondí detrás de unos arbustos que había entre la vegetación de la isla. Una vez allí puede escuchar lo que hablaban con más tranquilidad, pero sin estar en absoluto del todo tranquilo.

- Señor Tellman ya hemos llegado, según las coordenadas, el humo provenía de esta isla.
- ¿Estás seguro? Está un poco lejos de donde derribamos el helicóptero, además esta isla está desierta, nunca ha vivido nadie aquí, es propiedad de un magnate que murió hace tiempo y ninguno de sus herederos quiso hacerse cargo de la isla por su difícil acceso y su carísima manutención.
- Estoy seguro señor, deberíamos echar un vistazo, quizás podemos ver a alguien por aquí.
- No, mandaré una expedición más tarde, ahora tenemos prisa, debemos estar en Hopebeach pronto, nos esperan los acreedores, y no es conveniente hacerles esperar mucho.

Pude ver como se marchaban en el helicóptero, y tras verlos alejarse por el horizonte me fui a casa a contárselo a Anette cuanto antes mejor, debíamos hacer algo, si esa expedición descubriera que vive gente en esta isla o que aún sigo vivo, podría traernos demasiados problemas. Al llegar a casa puede ver como la puerta estaba abierta, así que empecé a preocuparme, pues la salud de Anette también había disminuido, no estaba demasiado bien últimamente.

- Anette! Anette! ¿Dónde estás? Anette!
- Kirios! ¿Qué te pasa, porque gritas tanto?
- Es el hombre que mató a tu madre, el tal señor Tellman, lo he visto, ha aterrizado en la isla y va a mandar una expedición para comprobar que no hay vida aquí.
- Kirios, eso es horrible, debemos hacer algo.
- Anette, ¿no conoces de ningún lugar de la isla en el que poder esconder a todos los supervivientes de la isla?
- Puede que en las montañas, hay unas cuevas un poco profundas en la que podemos escondernos, pero es peligroso, están bastante alto y lejos, si vamos a ir allí deberíamos irnos ya.
- No se hable más, tu ve con Potum y Priscia y pide que te acerquen a las montañas, espérame a la salida del camino del bosque y si no regreso a tiempo huye con los demás a las cuevas, yo volveré cuando haya avisado a todo el mundo.

En ese momento le di un beso a Anette y me fui corriendo a avisar a Tiara y Domus, tras avisarles dónde y cómo llegar al lugar donde hemos quedado Anette y yo, me dirigí a la parte este de la isla, allí vivían unas 12 personas más, estaban un poco lejos, pero supuse que me daría tiempo a llegar. Una vez de camino, casi al llegar al poblado, escuché de nuevo el motor de los helicópteros, esa era la señal, estaban cerca y debía darme prisa, alerté del peligro e indiqué a todos los demás donde esconderse, tras eso fui el último al punto de encuentro. Pasamos lista, pero faltaba Nera, una niña de unos 15 años que al parecer se había distraído y se había perdido por el camino así que regresé a por ella, dejando a los demás que se adelantarán.
Estuve llamándola durante bastante tiempo, sin éxito hasta que pude ver como unos soldados se aproximaban por lo lejos, me escondí y huí hacia el este, donde vivía la niña, probablemente hubiera regresado a su casa, efectivamente, allí estaba, la cogí brazos y la llevé de camino a las cuevas. Pudimos llegar sanos y salvos al punto de encuentro sin que nadie nos viera, como ya se habían marchado empecé a subir poco a poco con Nera por una especie de camino que se dirigía hacia la parte alta de una de las montañas.
Continuará...

Hola! Hola! Perdonen por la tardanza y felices pascuas! Espero no haberles hecho demasiado esperar, como ya habréis comprobado la historia tendrá que durar un capítulo más, pues se el final de la historia, pero no como llegar a él! XD Nos vemos en el próximo capítulo y recuerden: Gracias por leer! ^^

05 diciembre 2011

Sueño Inusual. Capítulo 3: Padre.

- Huren, ¿no ves esto demasiado precipitado? Utilizar a tu propio hijo para encontrar la cura para el Clomius...
- Déjalo Elo, he tomado una decisión y nadie me hará cambiar de opinión. Es la única salida que me queda.
- Sí, pero...
- ¡Elo! ¡Basta! Ya te he dicho que si no quieres seguir con esto que te retires, no tomaré represalias contra ti ni te despediré. Tan sólo permíteme llevar a cabo la única salida para que mi hijo pueda vivir.

Informe:
Nombre: Kirios.
Datos: Sufre trastornos en la construcción molecular debido a una incompatibilidad con el cuerpo de la madre.
Solución: Dado el avanzado estado de gestación de la madre (infectada) hace falta someter el feto a radiactividad para detener la trasformación de su ADN.
Posibles efectos adversos: Posible muerte del feto. Posible desconfiguración completa del ADN.

- Elo, trae a la paciente, debemos comenzar cuanto antes.
- Huren, la paciente ya está metida en la cámara de radiactividad.
- Ejecuta el tratamiento en nivel 1. ¿Cambios en el feto?
- ¡Aún no!
- Aumenta al nivel 2.
- Sigue sin dar efecto.
- Entonces prueba con el nivel 3.
- Huren eso podría matar al feto...
- Elo, pon en marcha el nivel 3, ¡ahora!
- Sí... Huren...

De pronto se hizo un vacío en el laboratorio, todo se quedó congelado, como si se hubiese detenido el tiempo, la cámara parecía haber entrado en una fase de congelación automática, tanto yo como mi ayudante nos quedamos completamente paralizados. El nivel 3 de ejecución del tratamiento empezaba a dar sus frutos, el feto empezaba a notar mejoría con respecto al estado de su ADN, volvía a tener la misma estructura que los humanos. Todo marchaba bien hasta que ocurrió algo inesperado. Debido a los altos niveles de radiación, el feto empezaba a mostrar unos signos de desconfiguración en parte del ADN, intenté por todos los medios detener el tratamiento, mas todo esfuerzo era en vano, así que tomé una decisión.
Puse a Elo a salvo y pedí que se encargara de mi hijo cuando yo ya no estuviera. Cerré la cámara dejando a Elo fuera, entré en la parte de la cámara donde se hallaba mi mujer y el hijo que llevaba en su interior y pese a la radiación logré sacarlos de ahí. Los puse a salvo en una cámara de refrigeración, donde permanecerian congelados. Tras eso me despedí de ellos.

- Kirios, perdóname por lo que te he hecho pasar y quiero que sepas que hagas lo que hagas, siempre estaré orgulloso de ti.

Después de haberme despedido, dejé sobre la mesa de mi estudio mi última voluntad en la que dejaba todo a mi hijo Kirios, por alguna razón sabía que sobreviviría, tras eso, me dirigí a la cámara donde curamos a mi hijo, me senté en la mesa, abrí la puerta de la cámara dónde estaba Elo y me desplomé sobre la mesa, cayendo al suelo. Lo último que vi fue como unos hombres con traje negro entraban en la cámara, sujetaban a Elo, que gritaba sin que nadie pudiera escucharlo, ni si quiera yo, y se llevaron a mi mujer junto con el hijo que llevaba en su vientre. Entonces pude recordar en ese instante que lo último que le dije a mi mujer antes de que fuera infectada; tan sólo fui capaz de enfadarme con ella por el simple hecho de ponerle el nombre de Kirios a nuestro hijo, ella sabía que no quería que llevase el nombre de mi abuelo, mas aún así ella estaba empeñada en ponérselo, esa noche me marché de casa enfadado y tras haberle gritado a mi mujer sentí como un sentimiento me destrozó por dentro. Al volver a casa me la encontré tirada en el suelo... Había sido infectada por un Clomátodo mientras yo no estaba. Nunca podré olvidar que de haber estado allí, algo podría haber hecho por ella y por nuestro hijo.
Continuará...

Espero que os guste este capítulo. Dentro de poco daré final a esta historia, quizás haga 3, 2 o puede que 1 capítulo más. Ante todo quiero que sepáis queridos lectores, que el final está decidido. Sigan leyendo y si les parece entretenida la historia, por favor, la comenten a más gente, cuanta más gente la vea, mejor para todos. Las cosas han de compartirse, al igual que yo comparto con ustedes mi historia, gracias por leer y... Nos vemos en el próximo capítulo, quizás sea el último, quién sabe. XD

26 noviembre 2011

Sueño Inusual. Capítulo 2: Recuperación.

Era un nuevo día, seguía en cama, en unos dos o tres días podría volver a estar en pie, dando vueltas para arriba y para abajo. Hacía una mañana esplendida, la luz del sol atravesaba la ventana e iluminaba la habitación, las paredes blancas, las flores color lila, todo me parecía precioso. Estuve un momento pensando en la pesadilla de anoche, ¿sería alguna especie de mensaje de mi subconsciente? ¿alguna especie de sueño premonitorio? De ser ese el caso, debería de buscar alguna manera de que no se llevara a cabo. Al cabo de un tiempo acabé por no darle importancia al asunto. Al poco tiempo vino Anette con una infusión y unas cápsulas, mi medicación para la herida. Me tomé al infusión junto con la cápsula, y ella se me acercó y me dio un beso, y yo correspondí. Ella se quedó un poco más antes de irse a ver a Domus y Tiara, Domus tenía una contusión en la pierna y le impedía parcialmente la movilidad de esta. Durante ese pequeño tiempo que estuvimos juntos me preguntó por el nombre que le pondríamos a nuestro hijo de ser niño o niña. Yo, en especial no me importaba decidir el nombre, así que le dije a Anette que los eligiera ella, pero se negó en rotundo. Dijo que el nombre debíamos elegirlo juntos. Entonces me dejó y e dijo que me lo fuera pensando, que así de camino pensaba algo de verdad y ejercitaba la mente, dijo con tono satírico, y se fue entre risas.

Me quedé mirando el techo de la habitación, pensando en un nombre, pero ¿cuál nombre debería de ser? Todos los nombres que se me ocurrían me parecían un tanto absurdos. Pero entonces se me ocurrió una genial idea, en el caso de ser niña le pondríamos el nombre de la madre de Anette. Pero aún así me quedaba el dilema de si era niño, ¿qué nombre le pondría? Estaba bastante cansado así que decidí dejarlo para otro momento. Cerré los ojos y seguí durmiendo. Entonces volví a soñar otra vez.

- Kirios, recuerda que siempre estaré muy orgulloso por todo lo que hiciste y por cuidar de tu madre en mi ausencia, hasta nunca hijo...

Esa era la voz de mi padre, hacía años que no la escuchaba. Esas fueron las ultimas palabras de mi padre antes de que muriera. Pasaron y pasaron los días, hasta que llegó el día en el que ya podía levantarme y salir de la habitación por mi mismo, no podía salir de casa, pero por lo menos no seguía en la cama sin poder apenas moverme. Poco a poco fui recuperando la movilidad y cada vez me costaba menos moverme por la casa. Aproveché que estaba por la casa sin hacer nada, para hacer unas labores de mantenimiento de la misma, desde limpiar cuartos y pasillos, hasta pintar alguna de las paredes de las habitaciones que estaban desgastadas desde hace mucho tiempo.

- Kirios, mañana empezarás a salir de la casa, prepárate y duerme bien, que mañana tenemos que ir a la otra parte de la isla, iremos a ver a Domus y Tiara. Tienes que empezar a dar largas caminatas, en menos de  2 semanas estarás recuperado por completo, ya lo verás. Continuará...

Estimados lectores, dada mi extremada vagancia y que las fotos que busco no las encuentro por ninguna parte, a partir de este capítulo dejaré de subir fotos junto con las historia... Disfruten con ella y espero que me disculpen por lo ocurrido. Gracias por leer!

20 noviembre 2011

Sueño Inusual. Capítulo 1: Despertar. 2ª Parte de Un sueño extraño.

- Kirios, ¡estoy embarazada!
- ¿Cómo?
Esa frase me dejó impactado, fue como un golpe de alegría que inundaba mi ser y me dejaba totalmente inmóvil, no podía pronunciar ni una palabra y mi cuerpo no respondía, estaba en estado de shock.
- Kirios, estás bien.
- Sí, supongo que la noticia me ha impactado un poco.
- No, la culpa es mía por decírtelo así de sopetón, perdona.
- ¿Perdona? ¿Por qué? ¿Por darme la mejor noticia de mi vida? Anette, sabes que te quiero y que lo único que me importas eres tú, bueno ahora también nuestro hijo...
- ¿Quién ha dicho el hijo sea tuyo?
Me quedé muy parado y volví al estado de shock, no podía soportar la idea de que Anette tuviera un hijo de otra persona en su interior...
- Tranquilo Kirios, que es una broma, ¡claro que es tuyo tontín!
- No me lo vuelvas a hacer Anette, ¡me he llevado un susto de muerte!
Mi corazón estaba que se salía de mi pecho, estaba muy alterado.
- Lo he hecho para que tu corazón bombee sangre más deprisa y que te recuperes, después de una semana en inconsciente, tu cuerpo necesita toda la sangre que pueda para no atrofiarse. Ahora debes descansar, te deja cariño, adiós y descansa un rato que tengo que hacer la comida.
Todo me resulta extraño... Vivo feliz con la mujer a la que amo, vamos a tener un hijo, la solución para la enfermedad se ha descubierto... esta extraña felicidad absoluta me daba mala espina, soy de los que piensan que de una felicidad total, algo tiene que haber que la estropee y vuelva el sueño una pesadilla. Sin embargo, decidí dejar el tema apartado y vivir el presente, pensando en el futuro y disfrutar de la vida feliz que tengo hasta ahora.
Al poco tiempo, volvió Potum con Anette, me incorporé; me habían traído un poco de sopa. Me la tomé y nos quedamos un rato charlando. Pregunté por el estado de la cura, si la habían probado y si funcionaba con los demás afectados. La cura era efectiva, salvaba a la gente que estaba en fase de infección, dentro de los 2 primeros días, a las demás personas era prácticamente imposible, pues por su avanzado estado de enfermedad, no podían soportar la cura y se destruían, se cristalizaban como si se les hubiera inyectado mi sangre directamente.
- Potum, ¿cómo esta tu hermana, se ha recuperado?
- Sí, está como una rosa, quería venir a verte y a acompañar a la persona que hizo posible que se mejorara, pero debido a su avanzada edad, no puede venir, espero que lo entiendas.
- No importa Potum, iré a verla en cuanto esté recuperado.
- Kirios -dijo Anette- deberías estar por lo menos 2 días más en cama, no quiero que recaigas de tu herida.
- ¿Herida qué herida?
Me palpé todo el cuerpo sin encontrar ningún rasguño, hasta que llegué a la cabeza... Tenía toda la cabeza vendada, pregunté a Anette cómo era la herida, me respondió que tenía una brecha de unos 25 cm. y que me habías tenido que hacer puntos de sutura, también tenía un hematoma craneal, el causante de mi coma. Tras contarme las características de la herida con pelos y señales, les pregunté que cómo llegué hasta la casa. Potum me había traído en la camioneta. Anette fue a por él y vino a recogerme junto a él en la camioneta. Después de hablar durante bastante tiempo Potum se fue a casa de su hermana, pues estaba preocupado por ella. Anette y yo nos quedamos sólo, era casi de noche, Anette se había quedado dormida junto a mí, echada sobre la cama y yo estaba cansado así que me quedé dormido.
Esa misma noche tuve un sueño. Estábamos Anette y yo en una habitación, separados por un cristal trasparente, ambos intentábamos romper aquel cristal, pero era inútil, entonces aparece un hombre encapuchado del lado de Anette y se la lleva a pesar de que se resistía todo lo que podía. Me desperté sudoroso y temblando, miré a mi lado y pude ver como Anette seguía a mi lado, me fue un gran alivio verla de nuevo conmigo, esa pesadilla me había mostrado mi único temor. Cerré los ojos he intenté volver a conciliar el sueño, mañana sería otro día. Continuará...

Lectores hoy es mi cumpleaños y antes de que acabe el día quiero haceros un regalo y publicar una segunda parte de mi historia, a petición de mis lectores, ¿cómo no? XD Sigan leyendo y muestren un poco de apoyo, que si no pues podría dejar la historia a medio terminar... Hasta el próximo capítulo! =)

10 noviembre 2011

Un sueño extraño. Capítulo Final: La solución al problema.

Después de lo ocurrido en el acantilado, saber que no me iba a convertir en un Clomátodo y descubrir que el amor que sentía por Anette era recíproco; nada más me quedaba por hacer, me sentí el hombre más feliz del mundo, pero aún había una cuestión que recorría mi cuerpo y me hacía sentir incómodo. Era la cuestión de, ¿por qué yo era inmune a la enfermedad?

- Anette, por favor cuéntame porque soy inmune a la enfermedad de los Clomátodos.
- Verás, esto...
Veía en su expresión que lo que me iba a decir era algo un poco duro y difícil así que me fui preparando para lo peor.
- Kirios, tu eres inmune a la enfermedad por una razón y esa es que tú naciste de un Clomátodo... Tu madre... era un Clomátodo cuando naciste. Al ser un espécimen raro y extraño, el gobierno de mi país te puso a disposición de el laboratorio en el que trabajaba mi padre y mi madre, eran especialistas en la rama de la genética humana. Allí mis padres tu estuvieron estudiando durante años, sin descubrir nada, tan solo eras como un niño normal, salvo una pequeña diferencia. En una de las pruebas por un error humano, tu sangre y la de una muestra de Clomátodo se mezclaron y causaron una reacción química en la que tanto tu sangre como la de la muestra del Clomátodo estaban libres de la enfermedad, tu sangre había curado la enfermedad. Hasta ahí todo bien, menos cuando inyectamos algo de tu sangre a un Clomátodo infectado. Ese espécimen era tu madre. Al inyectar tu sangre empezó a mejorar, incluso llegó a parecer una persona normal, estaba curada. Pero después de 3 horas, 13 minutos y 26 segundos ocurrió algo terrible, tu madre murió. Al parecer tu sangre acaba con la enfermedad, pero al cabo de un tiempo se vuelve contra el cuerpo humano destruyendo toda célula viva de éste. Mi madre y mi padre investigaron esto, e intentaron resolver el problema, pero no encontraron la solución. Mi padre murió en la realización de una de las pruebas, se inyectó algo de tu sangre, nadie se mostró voluntario a probarlo, así que él mismo se entregó a la causa mientras mi madre estudiaba los efectos. Sorprendentemente mi padre no sufrió ningún cambio tanto físico como psíquico, al cabo de 3 horas seguí igual, al parecer no pasaba nada, siguió unos 3 días más internado, estudiando su comportamiento, sin anomalía alguna, hasta que llegó el momento. Mezclaron la sangre de mi padre con la de un Clomátodo y ocurría lo mismo que pasó con la tuya, la sangre se liberó de la enfermedad. Esperamos el tiempo necesario y al igual que con tu sangre, la sangre curada se destruyó. A mi padre no le quedaba otra, quiso probar que tu sangre curaba a la gente o que por lo menos la protegería, así que se infectó por el Clomatio, los primeros días no ocurrió nada, a esas alturas la enfermedad ya debería de haberle deteriorado las manos como mínimo, pero tras el quinto día sufrió la misma muerte que tu madre, Kirios. Tras eso mi madre siguió la investigación en honor a mi padre y yo me licencié en medicina, hice mi doctorado y ayudé a mi madre con la investigación, el resto ya lo sabes, nuestro gobierno se impacientó y decidió parar la investigación. pero mi madre me contó algo antes de morir que quizás pueda ser la solución a la enfermedad, a parte de el origen de la enfermedad, me dijo que en esta isla existe una planta parecida a la que dio origen a ésta, pero que al contrario que la planta que originaba la enfermedad, esta planta, era capaz de curar animales, el inconveniente es que hay miles de especies de plantas en esta isla y yo aún no conozco casi a la mayoría de ellas, además, aún no sabemos si podrá curar a los humanos.

En ese momento me acordé de una extraña planta. Sabía que la había visto en alguna parte de la isla y quizás fuera la planta que buscábamos.

- Anette, creo que sé donde puede estar esa planta, vamos a por e...
- ¡No!
Me respondió antes de que terminara la frase, enfadada, me miraba con una mirada penetrante que me dejó helado el corazón.
- !Por la noche no se sale Kirios¡ -gritó.
- Pero...
- !Ni peros ni nada¡ Al parecer aún no sabes lo que ocurre en esta isla durante la noche, ¿verdad?
- No, nunca me lo has contado.
- Pues verás, durante la noche, en la isla surgen una especie de plantas enredaderas del suelo que atrapan y engullen a todo ser que se mueva, enterrándolo y asfixiandolo. Esas plantas por cualquier razón no afecta a los Clomátodos, pero temo por lo que pueda ocurrirte a ti y a las personas que vagan de noche. La noche que llegaste tuviste suerte, esas plantas estaban ocupadas con una manada de Ragún que había tardado más de lo normal en ocultarse en las cuevas donde viven y pudiste escapar sin darte siquiera cuenta de lo que ocurría.

Esa noche dormimos juntos, el uno al lado del otro, nunca había estado tan a gusto en mi vida, no quería que ese momento acabara y me quedé dormido. Esa noche soñé algo extraño, soñé con la muerte de Anette, moría aplastada por un árbol en el bosque. Entonces me desperté sudoroso y asustado, fue la peor pesadilla que había pasado nunca. Anette no estaba, estaba abajo preparando el desayuno. Desayunamos juntos y estuvimos hablando sobre Priscia, Potum y los demás habitantes de la isla. Poco después salimos a buscar esa planta que recordé haber visto en alguna parte rocosa, Anette supuso que estaría en las montañas del norte de la isla, fuimos a por ella, me costó encontrarla, pero al verla la reconocí perfectamente. La cogimos y fuimos rápidamente a un laboratorio que había instalado bajo la casa de Anette, la noche que me tropecé con algo me había tropezado con el tirador de la trampilla. Bajamos y allí Anette tenía de todo, desde máquinas extrañas hasta muestras de sangre y camillas. Tan pronto como Anette estudió la composición de a planta lo comprendió todo. La planta transmitía unas esporas que al contacto con el ADN de los seres vivos, los hacía inmunes a la enfermedad, pero no los curaba. Tras este descubrimiento, había que probar la solución con un ser humano.

- Anette, me niego, no puedes arriesgarte tanto, si tu mueres la humanidad ya no tendrá ninguna esperanza y además, ¿qué haría yo sin ti?
- Lo siento Kirios es la única forma de saber si la cura es efectiva o no, es esta. No puedo permitir que más gente muera por esta enfermedad y no pienso pedírselo a nadie. Déjame acabar lo que empezaron mis padres, por favor.

Después de pensarlo y sin estar aún de acuerdo, dejé que siguiera con la prueba, si ella estaba tan segura de sí misma y quería hacerlo, quién era yo para juzgar sus decisiones y sus sueños. En esos momentos solo podía darle mi apoyo y esperar a que todo saliera bien.
La prueba se realizó con éxito, ella se inyectó primero las esporas y posteriormente la sangre con la enfermedad. Estuvo inconsciente durante 3 días, yo temía por que se quedara así para siempre, así que al tercer día al verla despertar me llevé una gran alegría, estaba curada y la prueba fue un éxito. En ese momento se volvió hacia mi y me dijo:
- ¡Kirios! ¡Inyéctame un poco de tu sangre, deprisa!
No me lo pensé dos veces y le hice caso, tras eso volvió a estar en inconsciente unos minutas más, después de ello despertó y me besó. Luego pude notar como caía una lágrima de sus ojos, ¡habíamos descubierto la cura a la enfermedad!
Para celebrarlo Anette decidió hacer una fiesta e ir a por unos ingrediente para hacer una tarta. Yo la acompañe a ir a por ellos y al regresar empezamos a cocinar, cuando llevábamos unos minutos, se acordó de que le faltaba un ingrediente importante, así que fue al bosque a por él. Mientras yo iba preparando las cosas para cuando volviera sentí la sensación de haber vivido esto antes, entonces recordé el sueño que tuve hace unos días. Corrí hacia donde creía que estaba Anette, entonces la encontré recogiendo el fruto de un árbol que estaba bastante alto, tras bajar, me dijo que aún le quedaban 2 más así que no me preocupara que dentro de poco volvería a casa. Preocupado, fui a coger yo mismo esos frutos, me subí a el próximo árbol y de allí cogí los 2 frutos que necesitábamos, al bajar una rama se partió y caí al suelo de cabeza después de haberme golpeado repetidas veces con las ramas del árbol. Perdí el conocimiento y lo próximo que recuerdo es haberme despertado en una cama, rodeado de flores, entonces vi a Potum, él corriendo llamó a Anette, Anette vino y me dio un beso en la frente, había estado una semana sin sentido.
Tras eso Anette me dijo que me tenía que decir una cosa y que si podía dejarnos a solas. Potum se marchó y Anette me dijo:

- Kirios, ¡estoy embarazada!

He aquí el final de mi historia... Gracias a todos mis lectores y gracias por el apoyo que me habéis dado siempre con mi historia. Esta historia está basada en un sueño que tuve la noche entre un Sábado y un Domingo. Espero que les haya gustado la historia y espero que hayan disfrutado tanto como yo el compartir estos momentos de mi sueño con vosotros. Atentamente, un servidor y creador de este Blog.

06 noviembre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 8: Memoria recuperada.

Tras perder el conocimiento entré de nuevo en un sueño, pero no era un sueño normal, era un sueño que ya había vivido... Estaba de nuevo en aquel laboratorio, metido en ese tubo de ensayo gigante, despierto con los ojos abiertos, sin parpadear, dentro de aquel extraño líquido y sin poder moverme. Apareció Anette seguida de su madre, las dos venían hacia a mí con cara triste y desanimada, murmuraron algo sobre un avión y tras tocar unos botones, vaciaron el líquido, desengancharon el tubo de ensayo de su plataforma y fui cayendo lentamente gracias a una máquina que me estaba bajando de aquella máquina, una vez en el suelo me levantaron y me pusieron en una especie de camilla a la que me ataron fuertemente. Seguidamente me llevaron a través de unas puertas y pasillos que apenas podía ver pues estaba boca arriba. Salimos al exterior y escuché el sonido del motor de un helicóptero, estábamos en un azotea, me ataron con una cuerda y volamos hacia una pista de aterrizaje, donde nos esperaba un avión. Montamos en él y pude oír como decían que nos dirigíamos a una isla en medio del Océano Pacífico.
Estuvimos varias horas o minutos volando, era incapaz de percibir el tiempo con exactitud, escuché como el piloto decía que habíamos legado a la isla, mientras sobrevolábamos la isla hubo un incidente, ¡nos atacaban! Al parecer eran mercenarios contratados por Tellman, al parecer quería quedarse conmigo y venderme a una empresa privada, o eso escuche de la conversación de Anette y su madre, durante las maniobras para intentar esquivar los ataques de Tellman el avión se golpeó con un árbol y se averió un motor, nos dispusimos a saltar del avión, pero entonces ocurrió algo que se me quedó grabado en la mente, olvidado por mi amnesia.
- Anette, al piloto le ha alcanzado una bala y le ha dado en la cabeza, ¡está muerto! Quiero que le pongas un paracaídas al sujeto y saltéis del avión cuando yo os lo diga.
- Pero mamá, ¿tú que harás?
- Yo me quedaré, así Tellman creerá que en el avión aún sigue el sujeto y que se dirige a otra parte, rápido Anette prepara el paracaídas, ¡no hay mucho tiempo!
Mientras Anette preparaba el paracaídas pude ver cómo se le caían las lágrimas.
- Anette, ¿estáis preparados? A la de 3 saltáis... 1..., 2... ¡¡¡3!!!
Saltamos y se abrió el paracaídas, al tomar tierra me dí un duro golpe, después de eso puede ver como derribaban el avión donde estaba la madre de Anette, después de eso me desmayé y lo próximo que recuerdo fue haber aparecido en aquel pueblo abandonado.
Desperté, allí tirado en medio del bosque, estaba cubierto de tierra y me dolía todo el cuerpo, me levanté y caminé hacia nuestra casa, para recoger mis cosas y marcharme de ese lugar. Recogí mi diario, mi ropa y justo cuando iba a salir de la casa, !apareció por la puerta Anette! Me abrazó y me dijo...
- Nunca me des más estos sustos, ¡no sabía donde habías estado!
- No te acerques, -la aparté de mi empujándola- debo irme, ¡un Clomátodo me ha besado!
- ¡No! Kirios, no te puedes ir, ¡a ti no te afecta la enfermedad! Eres el único ser humano al que no le afecta la enfermedad, eso era lo que mi madre y yo estábamos investigando antes de que ocurriera al accidente, además los efectos del beso son instantáneos, pierdes el conocimiento después del beso y cuando despiertas estás lleno de moratones y la piel se te cae poco a poco.
- Entonces... ¿No estoy infectado?
- ¡No! Ya sé que debí decírtelo antes, pero no se me ocurría como decírtelo y contarte tu pasado, es bastante difícil para mí y después está la muerte de mi madre...
Después de pronunciar su última palabra la besé, fue un beso de amor... Mis sentimientos por ella se hicieron realidad en una solo expresión de mi cuerpo, ella seguía allí besándome también, después de unos 2 minutos o así dejamos de dárnoslo y sus palabras fueron...
- ¡No me dejes nunca más!
Continuará...



Querido público el próximo capítulo será el final... La publicación está prevista para el próximo 10/11/2011 Jueves! Nada más que decir mi querido público. Hasta la próxima y traiganse palomitas y pañuelos para el capítulo final!

03 noviembre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 7: El acantilado.

Hoy es un nuevo día, me he despertado con muy buen humor, es la primera vez que no tengo pesadillas desde que estoy en esta casa. Supongo que me estoy acostumbrando a la vida que llevo aquí. He decidido que hoy voy a ir con Anette a por unas hierbas medicinales que necesitamos para la hermana de Potum, Priscia. Priscia sufre una parálisis de la pierna izquierda que le impide caminar y tenemos que hacer una infusión con unas hierbas que se encuentran en el filo de los acantilados del norte de la isla.
Estuvimos caminando durante una hora más o menos hasta que llegamos a unos acantilados bastante altos y escarpados, como ya me había explicado Anette, cogimos una cuerda y la atamos a unos arbole que había por allí cerca, Anette se puso un arnés y se dispuso a bajar por el acantilado. Una vez colgada del acantilado se deslizó por la pared de piedra buscando esas hierbas, yo de mientras estaba sujetando la cuerda para bajar o subir a Anette.
- Baja un poco más Kirios, las hierbas están justo debajo mía y no llego desde aquí.
- Pero Anette, si te bajo más me quedaría con poca cuerda y me costaría más subirte luego, no creo que pueda subirte si vas cargada.
- No te preocupes, confío en ti.
Bajé un poco más la cuerda, incluso haciendo palanca con el árbol, pesaba bastante, Anette necesitaba grandes cantidades de esas hierbas y apenas podía mantenerme aguantándola, las manos me resbalaban, estaba sudando y mis fuerzas me empezaban a fallar.
-Kirios ya es suficiente, ¡súbeme!
- Eso intento, creo que pesa demasiado. ¿No tienes ningún saliente en el que dejar un poco del cargamento?
- No Kirios, esta pared es demasiado plana y es totalmente imposible que pueda dejar algo en ella, por favor, intenta subirme con la mochila unos metros más y yo lanzaré la mochila hasta arriba, creo que podré llegar.
- Vale, lo intentaré.
Seguí tirando coma pude y poco a poco fui subiendo a Anette. Después de unos minutos me dijo que parase y que me agarrara fuerte que iba a lanzar la mochila. Lanzó la mochila por encima del acantilado y logró que se salvara, después la subí poco a poco hasta que vi como asomaba su cabeza por el borde del acantilado. Mi alegría fue enorme al verla salir de aquel lugar tan peligroso, a parte de lo plana que era la pared de piedra también corría un viento muy fuerte que zarandeaba a Anette de un lado a otro. Tras subir pude respirar tranquilo por un momento pues justo después ocurrió algo terrible. Anette se desmayó, había gastado demasiadas fuerzas trepando por el acantilado y lanzando la mochila, estaba agotada, por poco se cae por el acantilado, pude observar como tenía varias magulladuras y golpes debido a los golpes con la pared de piedra ocasionados por el fuerte viento que soplaba. Me asusté al ver que salía sangre de debajo de ella así que la cogí en brazos, me puse la mochila y me marché a casa a toda prisa.
Sabía que nuestra casa estaba lejos, pero no me rendí, estaba muy cansado, el esfuerzo que hice al subirla me había agotado, así que recordé que la casa de Priscia estaba cerca, que estaba de camino entre los acantilados y nuestra casa, intenté llevarla hasta allí, pero aún quedaban más cosas... Apareció un Clomátodo. Estaba tan cansado que apenas podía moverme con Anette encima, así que decidí dejarla en el suelo e intentar alejar al monstruo de ella lo más rápido posible así que cogí un palo y lo atraje hasta un lugar  alejado de ella y después le pegué con el palo, eso lo mantendría fuera de combate unos instantes, los suficientes como para coger a Anette y huir a casa de Priscia.
Volví, cogí a Anette y nos marchamos a casa de Priscia. Una vez allí y después de haberme quitado de encima a ese Clomátodo llamé a la puerta y me abrió Potum, me ayudó a cargar con Anette y la tumbamos en una cama. Recordaba unas hierbas que me enseñó Anette, que servían para sanar heridas y me fui de inmediato a buscarlas, creí haberlas visto cuando huíamos del Clomátodo, y en efecto, allí estaban, me puse a recogerlas como un loco sin prestar mucha atención a lo que ocurría a mi alrededor hasta que fue demasiado tarde para darme cuenta de que tenía un Clomátodo detrás mía. !Y me dio un beso¡ Yo de inmediato me lo quité de encima y salí corriendo hacia la casa de Priscia. Una vez allí curé a Anette, resulta que no encontraba la herida principal, la que sangraba tanto, al parecer Anette tenía el periodo y eso fue el detonante de su excesivo desgaste, solo necesitaba reposo y estaría curada, le dí a Potum las hierbas para curar la parálisis de su hermana y le dije que debía hacer una infusión con ellas, después me fui de allí.
¿Qué me pasaría ahora? ¿Me convertiría en un Clomátodo? ¿Cómo sería el proceso de transformación? Esas eran muchas de las incógnitas que me rondan la cabeza antes de perder el conocimiento, sentí un dolor punzante en la cabeza y entonces recordé mi pasado... Continuará.

Bueno lectores, espero que este capítulo os guste, siento dejarlo aquí, pero lo dicho, ¡hay que darle emoción a la historia! ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Hasta otra! =)

30 octubre 2011

Un sueño extraño. Capitulo 6: Memoria.

Me despierto poco a poco, voy abriendo los ojos cada vez más, mi vista se restablece a medida que los abro y aquella imagen difuminada que veía a través del cristal que me tiene encerrado dentro de este líquido se va haciendo cada vez más nítida. Al terminar de identificar completamente mi alrededor descubro una cosa muy sorprendente. Allí, detrás del cristal podía ver perfectamente a Anette y a otra mujer mayor que ella, vestidas con batas blancas y mirándome fijamente. De repente aparece un hombre con traje negro de detrás de ellas, mese su mano en un bolsillo, saca un cigarrillo, lo enciende y dice:
- Vaya perdida de tiempo, ¿creéis que lo vais a recuperar? Ese hombre lleva muerto desde hace 5 años, ¿aún seguís con la esperanza de que despierte de su letargo?
- Menos es nada, mientras quede un resquicio de esperanza en esta vida, intentaremos aferrarnos a esa esperanza por muy difícil o complicado que sea el camino hasta la solución a nuestro problema. -dijo la mujer que estaba al lado de Anette.
Anette se limitaba a mirarme, muda, sin articular palabra alguna, con esa mirada que entraba en lo más interno de mi ser, atravesaba mis entrañas y me hacía sentir un vacío inmenso en mi interior, como si no tuviera alma.
- Haced lo que queráis -dijo el hombre de traje negro como la noche y cara pálida como la luna- si fuera por mí, ese ser que tenéis ahí encerrado... ¡Ya estaría bajo una tumba!
El hombre se marchó lentamente de la sala dejando solas a Anette y a esa extraña mujer. Más tarde la mujer de al lado se marchó por donde había venido el hombre de negro, pero Anette seguía ahí delante, fija, cómo si su vida dependiera de ello. Después de unos segundos de haberse marchado la otra mujer perdí el conocimiento...
Desperté, otra vez en la misma habitación y en la misma cama de hace ya unos 4 ó 5 días. Sí, había vuelto a tener otra vez la misma pesadilla, pero esta vez algo más completa, empiezo a pensar que lo que sueño no son pesadillas sino recuerdos de mi pasado... ¡Solo había una manera de saberlo! Debería preguntárselo a Anette.
Bajé por las escaleras y la vi asomada a una ventana con una taza de colero, mirando la nada.
- Anette, tenemos que hablar.
- Claro Kirios, ¿de qué quieres que hablemos?
- Debo preguntarte ¿en qué trabajabas antes de la catástrofe que acabó con la isla?
- Pues verás Kirios, yo trabajaba de científica junto a mi madre, buscábamos la cura para esta enfermedad causada por el Clomius. Pero no todo salió como esperábamos y tuvimos que dejar la investigación.
- ¿Dónde está tu madre ahora?
- Murió, dio su vida por la investigación, ella se negaba a seguir viviendo sin una esperanza para resolver esta enfermedad y terminó por acabar con su vida, al igual que mi padre...
- Lo siento, no debería de haber preguntado, perdóname, yo no quería...
- No importa, la vida sigue, y si algo he aprendido especialmente de mis padres fue que por mucho que te golpee la vida siempre tienes que levantarte y seguir intentándolo. Bueno, ¿alguna pregunta más?
- No, gracias, aunque... ¿Hay más colero en la cocina?
- ¡Por supuesto! Sabes que siempre hago de más. -dijo con una sonrisa en la cara-
Me fui a la cocina y cogí una taza de colero, no tuve valor a preguntar el porqué del cese de su investigación, ni si yo fui sujeto de algunos de sus experimentos, aunque sé que me oculta algo importante, se le nota en los ojos cada vez que hablo del tema de mi amnesia, me mira con esa mirada que dice: "PERDONAME". Estoy muy confuso, creo que me voy a tomar el colero y voy a seguir con el libro.
Vuelvo a ver la misma escena de cuando el sueño, ¿me habría quedado dormido leyendo el libro? La cuestión es que estaba de nuevo en ese cristal y quería llegar al fondo del asunto así que intenté golpear el cristal, pero ¡no podía moverme! Estaba como paralizado, no podía ni mover los ojos, ni siquiera parpadear, me sentí impotente. Durante unos segundos estuve inmóvil intentando por todos los medios moverme, era inútil, entonces volvía escuchar la voz de aquella mujer que antes estuvo al lado de Anette. ¿Sería su madre?
- Anette, tengo malas noticias, vamos a tener que dejar la investigación. El señor Tellman me acaba de comunicar el cese de la investigación.
- Pero mamá, llevamos mucho tiempo investigando y ya casi estamos a punto de descubrir la cura para la enfermedad, ¡sólo hay que esperar a que el chico despierte!.
- Cariño lo siento, pero no podemos seguir trabajando aquí. Pero tengo una idea para proseguir nuestra investigación. Tan solo tenemos que llevarnos al chico a otra parte.
- Pero mamá el señor Tellman no te dejará, intentará por todos los medios que no te lo lleves a ninguna parte y lo más seguro es que lo mate.
- Esta noche sacaremos al chico del laboratorio y nos iremos a una isla. Allí tenemos los aparatos necesarios para proseguir con la investigación, ¿vendrás conmigo?
- Vale mamá, pero prométeme que después volveremos con la cura y salvaremos a la humanidad.
- Eso está echo cariño.
En ese instante volví a perder el conocimiento. Desperté en el sofá del salón. Ya era de noche, había dormido horas, no me podía creer lo que había soñado, decidí no preguntar más a Anette, quizás los sueños me revelen mi pasado.  Continuará...


Bueno espero que lo estéis pasando bien con mi historia, cada vez iré desenrollando un poco más las cuestiones que rodean a nuestros personajes, desde la muerte de la madre de Anette hasta la cura para el clomatio. Seguid leyendo mi blog si os interesa la historia y recuerdo que debajo de cada capítulo aparece un espacio para comentarios, comentad, que parece que ¡escribo para fantasmas! Sé que leeis mi blog, aparecéis en estadísticas y otros me seguís, gracias de todas formas. Un mensaje desde dentro escrito por un LOCO.

27 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 5: Potum, un nuevo amigo.

Me desperté, al parecer lo que para mí fue una pequeña siesta, en la realidad habían pasado horas, ya se había hecho de noche. Bajé al recibidor y no encontré a nadie, no se escuchaba ningún ruido y estaba todo oscuro. Cogí una vela que había en la mesita del recibidor y la encendí con unas cerillas que había en ésta. Fui a la cocina y no había nadie, volví por el recibidor y me asomé al salón, tampoco había nadie, subí arriba preocupado, allí tampoco había nadie, solo habitaciones vacías. decidí coger mi libro y seguir leyendo en el salón con la chimenea encendida.
Dejé el libro en la mesa del salón y fui a por leña al patio de atrás de la casa. Salí fuera, hacía mucho frío, así que me apresuré a coger la leña, con las prisas me tropecé con algo y me caí al suelo. Medio atontado por el golpe con el suelo cogí como pude la leña y la metí dentro. No sabía con qué me había tropezado, creo que era algo grande y duro, porque pese a darle una terrible patada que me había dejado el pie dolorido, no sentí que se moviera lo más mínimo. Decidí mirarlo mañana con más tranquilidad y con un poco más de luz. Encendí la chimenea y me puse a leer un rato de mi libro, estaba muy interesante. Massoud había quedado atrapado en una cueva intentando buscar un tesoro y se había quedado sin luz y sin comida ni agua, ¿cómo sobreviviría? Proseguí con la lectura y a las 2 horas llamaron a la puerta. Me acerqué para ver quién era. Y vi por la mirilla una persona mayor, empapada y llena de arañazos.
- ¡Abre por favor Kirios, vengo de parte de Anette!
- Yo me quedé pasmado por unos segundos y sin pensarlo dos veces abrí la puerta.
- ¡Gracias joven! ¡Hace mucho frío fuera a estas horas!
- Venga al salón, allí se calentará.
Allí se quitó una especie de chubasquero que llevaba puesto y se sentó en un sofá. Le pregunté que porqué estaba allí y donde estaba Anette.
- Verás, Anette me envía desde la casa de mi hermana, en el norte de la isla, me dijo que te avisara de que no salieras por la noche y de que no te preocuparas, que ella volvería mañana.
- No lo comprendo, ¿porqué no ha vuelto contigo? Además, ¿porqué has venido de noche si se supone que es peligroso?
- Verás joven, yo tengo una camioneta que gracias a Dios aún funciona, es una de las pocas cosas que aún funcionan en esta isla, pero me veo obligado a usarla sólo en caso de emergencias como estas, por el ahorro de combustible, es muy difícil encontrarlo en una isla como esta.
- Y ¿porqué te envía Anette? Sí yo ya sé cuidarme sólo y sé de sobre que no debo salir por la noche. Para mí esto no es una emergencia.
- Verás, Anette tiene una norma: "Nadie debe permanecer sólo e incomunicado por la noche". Ya ves se preocupa tanto de ti como de los demás habitantes de la isla, ese es su trabajo.
- ¿Cómo? ¿Su trabajo?
- Sí, ella es la única capaz de curar las heridas y las enfermedades en esta isla, además conoce muy bien su flora y su fauna así como dónde encontrar el remedio necesario para sanar cualquier herida ya sea por veneno de navario o por una hinchazón provocada por un golpe.
- Quieres decir que: ¿Anette es la médico de la Isla?
- Sí, a eso me refiero.
Hoy acabo de descubrir la profesión de mi anfitriona, nunca hasta ahora se me había ocurrido preguntarle.
- Bueno a todo esto, ¿cómo te llamas?
- ¡Me llamo Potum! Tu nombre es Kirios ¿verdad?, o eso dijo Anette.
- Sí, me llamo Kirios, espero que podamos ser buenos amigos! -Y le dí la mano con una gran sonrisa.- Bueno ya es tarde, deberíamos cenar ¿no?
- ¡Claro! Yo no sé cocinar, ¿y tú?
- Pues estamos apañados, yo tampoco sé cocinar, sólo he ayudado a Anette a hacer la cena 2 días y aún no sé muy bien como se hace, pero podemos intentarlo...
- Tranquilo chico, que tengo en el asiento del copiloto de la camioneta una olla con cocido de *ragún. Era para ver lo que decías! -Dijo riéndose-
Fuimos corriendo y cogimos rápido esa olla, estaba lloviendo a cántaros, yo con la lectura no había dado ni cuenta, calentamos la olla en la cocina y nos pusimos a comer. Después de comer estuvimos otro rato en el salón, en donde Potum me estuvo contando muchas anécdotas de cuando el era más joven y de cómo era la isla en aquel entonces. Después de hablar unos 40 minutos nos fuimos a la cama, Yo me fui a mi cuarto, dejé mi libro sobre la mesa y saqué mi diario, este día tenía que ser recordado, pues había descubierto muchas cosas nuevas y había hecho un nuevo amigo. Continuará...

*Ragún: Es una especie de cerdo con cuernos en el hocico, como un rinoceronte, de unos 80 kg, vegetariano y principalmente inofensivo, menos cuando se ve amenazado estando con las crías.

Espero que os haya gustado este capítulo, llevo un tiempo sin escribir debido a que había cogido la gripe. Espero que hayáis pasado un buen rato leyendo tranquilamente y ¡hasta la próxima!

23 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 4: ¡¡¡Peligro!!!


Ayer soñé con ella, era un tanto extraño, aparecen varias cosas espeluznantes en el sueño, veo a gente morir, cadáveres por todos lados, mi cuerpo manchado de sangre y una neblina oscura que me rodea y me envuelve dejándome sin respiración y a oscuras; pero entonces aparece ella y con su suave voz me libera de la oscura neblina que me rodeaba dejándome libre, pero cuando me intento acercar a ella, se marcha dejándome sólo en la eterna oscuridad… No sé si este sueño es real o quiere decirme algo, es como una sensación de haberlo vivido antes, lo que se dice como un déjà vu o paramnesia. Creo que más bien es un recuerdo transformado por una pesadilla, parece como si mi mente no quisiera que recordara ese recuerdo.
Me levanté y fui abajo a desayunar algo, pero para mi sorpresa no había nadie, estaba la casa vacía, ni siquiera Tiara y Domus. Encontré una nota en la puerta principal que decía:

“He ido a buscar provisiones, tienes “Colero” en la cocina, espero que desayunes bien, volveré pronto.

Anette.

P.D. No salgas de la casa por favor, tengo que hablar contigo sobre los peligros que aguardan a fuera, dentro estarás a salvo.”

No sabía muy bien qué hacer; por un lado quería ir a buscarla, porque en el caso de que hubiera peligros, no me quedaría tranquilo sabiendo que vaga por la isla sin protección; por otro lado confío en ella y en su instinto de supervivencia, si ha estado aquí hasta ahora, no creo que deba preocuparme tanto; pero de algo estaba seguro, tenía que desayunar algo, así que me fui a la cocina. Allí me encontré con un vaso lleno de ese líquido negro parecido al café, creo que es eso a lo que llama “Colero”, pero lo importante es que está bueno, al perecer es nutritivo y sacia bastante, así que me lo tomé y me senté en el salón a la espera de que vuelva Anette. Mientras esperaba encontré un libro titulado “Los banquetes de Massoud”, al parecer el libro trataba de la historia de un joven musulmán que procedía de la más humilde pobreza en un país musulmán, reinado por el califa Rashim, el cual tenía una hija muy guapa de la cual Massoud se enamora perdidamente; Massoud correrá muchas aventuras por tratar de ganar algo de dinero para poder ver a la joven princesa cara a cara y declararle su amor.
Después de leer un rato apareció Anette de la nada y me asustó al decirme “¡Buenos días Kirios!”, estaba tan inmerso en la historia que no la había oído entrar. Se estuvo riendo un rato y me dijo que nunca había conocido a alguien que se asustara tanto, incluso a plena luz del día. Yo me levanté del suelo avergonzado, mi susto fue monumental, creo que incluso yo mismo me hubiera reído de haberme visto caer del sofá de aquella manera tan ridícula.

-          Kirios, te espero en la cocina, ven cuando termines de leer. Dijo Anette.

Terminé de leer, marqué la página con un pedazo de cartón que había en el suelo y fui a la cocina. Anette estaba colocando las provisiones en las estanterías de la cocina, había traído de todo, desde hierbas y hongos hasta gasas y vendas. Nos sentamos en la mesa y me dijo:
-          Kirios, ¿has leído la nota que he dejado en la entrada?
-          Sí, ¿de qué peligros querías hablarme?
-          Verás, en esta isla tienes que tener cuidado con algo más que los Comátodos, hay otros seres, como animales, insectos e incluso plantas; de los que tienes que tener mucho cuidado de no tropezarte con ellos. De entre los animales tienes que tener cuidado con los “Relus”, son una especie de lobos de poco más de 40 cm de estatura, pero son tan fieros como cualquiera y además atacan en manadas de 15 o 20 así que ten mucho cuidado si ves uno, nunca van solos, aunque no hay mucho de qué preocuparse, puesto que viven en la parte noreste de la isla; de entre los insectos están: Los Sapios, los Naraties, las Sagartas, los Navarios y los Nizcos. Todos estos son entre otras arañas y escorpiones de los que tan sólo una picadura o mordedura pueden acarrear graves consecuencias, desde desmayos instantáneos hasta la muerte en el caso de los Nizcos. Las plantas son algo más inofensivas, pero no te fíes, hay algunas que aparte de ser venenosas son carnívoras como es el caso de la “Azaleus Mortensis Erecta”, también llamada como la “Plantípies”, a pesar de que pueden caminar de pie como los humanos, no son muy rápidas, pero si te cogen con sus tentáculos extensibles, o cortas el tentáculo con un hierro al rojo vivo o estás muerto, cualquier filo o cuchilla no corta sus tentáculos, está cubiertos pon una película de baba que aparte de ser un buen pegamento es muy resbaladizo en contacto con el metal o la madera y se escurre, pero con la piel humana y la tela, ocurre al contrario; se pega tan fuertemente que puede arrancarte un pedazo de piel si no te lo quitas con mucho cuidado o con un poco de agua, el agua reblandece un poco el pegamento del tentáculo. Por hoy eso es todo, conforme vayamos viendo nuevos peligros te los haré saber, estos eran los más importantes, tanto por su peligrosidad, como por ser comunes por esta zona. ¿Tienes alguna pregunta Kirios?

Yo me quedé anonadado, ¿de verdad había tantas cosas peligrosas ahí fuera?, ¿cómo había sido capaz de eludir todas ellas durante tanto tiempo? Y lo más importante, ¿cómo sabía ella tanto de todos esos peligros? Evidentemente, estas preguntas las descubriría de aquí a un tiempo así que no me molesté en preguntar ninguna de estas, además ella más bien se refería a si tenía alguna duda acerca de los peligros, no de cómo ella sabia esa información.

-          ¿Kirios?, ¿estás bien?, parece que te ha impactado bastante la idea de que haya tantos peligros ahí fuera, pero debes saber que la mayoría de ellos son inofensivos si se toman las medidas necesarias así que necesito que mañana vengas conmigo por la mañana, vamos a cazar unas ranas al pantano, así de camino te iré enseñando todo lo que sé y un sitio perfecto para nadar.

Anette se levantó y se fue arriba, yo me quedé un poco más en la cocina leyendo un poco más del libro que me había encontrado y bebiendo un poco de Colero. Mañana me esperaba un día difícil, así que subí a echarme una siesta después de comer una rica tortilla de verduras… ¡Continuará!

19 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 3: ¡Me llamo Anette!

- Me llamo Anette!
- ¡Qué nombre tan bonito! ¡Me parece un nombre precioso!
- Por favor, ¡que me voy a sonrojar! ¿Y tú cómo te llamas?
- Me llamo... De repente suena un ruido procedente de la puerta, como si la hubieran golpeado con algo.
Fuimos hacia la puerta y al abrirla apareció una pareja joven, jadeando y llenos de tierra.
- Domus está herido!, dijo la muchacha.
- Tranquila Tiara, túmbalo en su cama subiré en un momento. Dijo Anette.
Una vez en la habitación de Domus, Anette subió al momento con una caja llena de vendajes, pastillas, tijeras y demás cosas para primeros auxilios supongo. Domus tenía una herida muy fea en la cabeza y otra en el brazo. Anette le preguntó cómo se había hecho las heridas y Tiara respondió que fue en un forcejeo con Clomátodo.
Yo le pregunté a Anette acerca de los Clomátodos, al parecer era el nombre que les habían puesto a esa especie de zombis que me encontré anoche.
- Sabes muy bien a que me refiero con la pregunta Tiara, ¿ha tragado o no ha tragado Domus la saliva del Clomátodo?
Al parecer según me explicó Anette, los Clomátodos transmiten la enfermedad a través de la saliva y yo me pregunté el problema de ese contagio, es difícil hacer tragar la saliva de un cuerpo putrefacto a una persona viva en su sano juicio, pero Anette me explicó que los Clomátodos a pesar de su lentitud y su aspecto putrefacto tienen mucha fuerza y suelen ser muy sigilosos por lo que te cogen por sorpresa y te dan el llamado "Beso Clomius".
- No, las heridas se produjeron en el forcejeo, Domus se dio un golpe con un árbol y cayó inconsciente, fue entonces cuando lo cogí y me dirigí hacia aquí, que yo sepa no le ha dado el beso.
- Menos mal, no nos podemos permitir que más gente quede infectada por el Clomatio. Dijo Anette.
Después de curar a Domus salimos fuera para dejarle descansar. Al parecer Anette se le daba muy bien curar a la gente, no tardó más de 15 minutos en cortar la hemorragia y vendar las heridas. Volvimos a la cocina dejando a la joven pareja juntos y preparó algo de esa bebida negra para los dos.
- Bueno, espero que esta experiencia no te haya quitado la sed. Dijo Anette.
- Creo que estoy acostumbrado a ver sangre y heridas, porque no me afecta para nada.
- Retomando la conversación aún no me has dicho como te llamas...
- Ah! Sí, perdona, se me había olvidado con tanto revuelo, me llamo Kirios.
- Kirios eh? Me suena tu nombre, no sé de que pero me suena bastante, bah! Será una tontería.
Seguimos charlando y esperamos más o menos hasta que anocheció, entonces volvimos a subir a la habitación para ver que tal estaban Domus y Tiara. La imagen era para recordar, era esa típica imagen en la que aparecen el hombre herido durmiendo y la mujer apoyada en él, sin dejarlo sólo ni un momento. Anette procedió a examinar a Domus, había recuperado la consciencia y se estaba recuperando bien, así que volvimos a salir del cuarto sin despertar a la pareja.
- Bueno es tarde, creo que voy a hacer la cena, ¿me ayudas Kirios?
No pude negarme, habían cuidado de mi y me habían dado una cama donde dormir, no se me ocurría otra manera de ayudar en ese momento. Bajamos a la cocina y preparamos una especie de cocido a base de hierbas aromáticas y una especie de hongos rosas que olía muy bien y sabía aún mejor.
Después de cenar les llevamos dos platos a Tiara y Domus que ya estaban despiertos, se lo comieron encantados y siguieron en la habitación, Domus debía guardar reposo hasta mañana puesto que Anette advirtió de que no saliéramos de la casa durante la noche. No sé porqué pero ella sólo tenia una norma en la casa, nadie sale durante la noche.

Después de encender la chimenea del salón yo tenía tanto sueño que me fui a dormir, Anette siguió allí sentada en aquel sofá rojo mirando el fuego, sus ojos brillaban tanto que se podía ver reflejado el fuego en sus ojos. Una vez en mi habitación me quité la ropa y me puse el pijama, pero antes de dormir saqué un libro del cajón que estaba en blanco y empecé a escribir esta historia que os estoy contando, este es el primer día en la casa, ¡quería recordarlo para siempre!


Aunque no lo parezca voy a seguir con la historia, se me olvidó poner el Continuará, perdonad mis queridos lectores, lo bueno no acaba aquí, ahora empieza lo mejor. Aprovecho para comunicar que en vez de escribir todos los días procuraré escribir todas las semanas, porque por razones de tiempo no puedo seguir con este ritmo. Un saludo y gracias por leer mi blog!!!

17 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 2: Descubro la realidad.

- ¿A qué te has querido referir cuando has dicho que no estabais infectados, de qué se trata?
- ¿Cómo? ¿No me digas que no sabes lo de la enfermedad que está afectando a todo el mundo?
- Pues no, por favor ¿podrías explicármelo? Estoy muy confuso.
- No estoy muy segura, pero creo que todo surgió con la fabricación de un remedio para una gripe misteriosa que afectaba tanto a animales como a humanos, tras años de investigación descubrieron que esa gripe provenía de una extraña planta decorativa que comercializaba una empresa japonesa, en un principio era inofensiva, pero al tiempo transformaba el CO2 en un gas venenoso al que los científicos llamaron "Clomius". Se encontró el remedio a esa gripe, pero lo que no sabíamos es que el virus con el tiempo mutaría pasando inadvertido por décadas y dando lugar a la actual enfermedad nacida de la fusión del Clomius con el remedio, que se comercializaba como "Anti-clomius". Esta nueva enfermedad provocaba la descomposición lenta y dolorosa del cuerpo humano, empezando por las extremidades y la piel y acabando por los órganos vitales; la llamaron "Clomatio". Y eso es todo lo que sé sobre el Clomatio, siento no poder darte más detalles, pero es lo que me contó mi madre antes de morir.
Yo me quedé estupefacto, no sabía ni entendía nada de lo que esa chica me estaba contando, pero de una cosa estaba seguro, la humanidad había quedado prácticamente reducida a unos pocos individuos. Que yo supiera en la casa estábamos unas 7 u 8 personas.
- ¿Cuánta gente queda viva?
- Quedamos unos 60 en toda la isla.
- ¿Cómo? ¿Estamos en una isla?
- Sí y por si lo preguntas estamos atrapados, no hay manera de salir, no existen playas, hay acantilados en todo el borde de la isla y es imposible salir en barco ni en avión puesto que no tenemos los materiales suficientes para hacerlos ni los medios para hacer que funcionen. Por cierto, ¿anoche te preguntamos de sonde venías y nos dijiste que no sabías cómo habías llegado hasta aquí, aún no te acuerdas?
- Por desgracia sigo sin poder acordarme de nada de lo que ocurrió a partir de ayer, pero estoy seguro de que lo recordaré, hoy he soñado que estaba en una especie de urna de agua y casi podía distinguir la figura de un hombre detrás del cristal. Creo que son recuerdos de mi pasado. Por cierto, perdona mi descortesía anteriormente, ¿cómo te llamas?
- Me llamo... Continuará!


*Hola lectores, espero no molestar mucho, he decidido cortarlo aquí esta vez para dejar en tensión la cosa, mañana o pasado sigo con la 3ª parte, gracias por leer =)*

16 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 1: El comienzo.



Estaba a las afueras de un pueblo abandonado, con edificios viejos, con la pintura desgastada por el paso de los años y manchas en las fachadas, ventanas y puestas apuntaladas con tablas y chapas de latón, carreteras desiertas y árboles deshojados y consumidos por la falta de regadío en la zona, suelo con agujeros y farolas rotas y restos de cristales por toda la carretera cómo si hubieran roto las lunas de esos coches que algún día estuvieron funcionando por aquellas calles ya en pésimo estado.
Me dispuse a caminar por la calle cuando escuché un ruido extraño, sonó a algo parecido a como si se arrastrara una especie de saco. No le dí importancia y seguí caminando creyendo que sería algo que había caído de aquellas casas ruinosas, muchas de ellas tenían el tejado derruido y aún a pesar de la oscuridad de la noche y de la especie de neblina que rodeaba a todo el pueblo se podía distinguir como en los desvanes de esas casas había cajas y demás objetos, incluso pude distinguir un árbol de Navidad medio pelado al que se le habían caído más de la mitad de los adornos. Una vez reanudada la marcha me dispuse a buscar algo de alimento y herramientas de algún uso para mi supervivencia, pues soy consciente de que estoy sólo en este pueblo. Llegué a una casa que tenía el garaje abierto y busqué dentro de él con la esperanza de encontrar alguna herramienta que me fuera de utilidad, pero no encontré más que unas pocas arandelas y algún que otro clavo oxidado, ni rastro de alguna caja de herramientas, supongo que el dueño de la casa se la llevaría consigo. Mientras seguía buscando escuché perfectamente las voces de 2 personas discutiendo. ¡Estaba salvado! ¡Había encontrado civilización!
Corrí hacia donde escuché las voces y cuán espeluznante fue mi encuentro con un par de cuerpos semicadavéricos los cuales no discutían, sino que gritaban y daban la sensación de que discutían. Asustado, retrocedí lentamente hasta quedar lo suficientemente lejos de ellos y busqué la salida de aquel lugar. Vi una luz tenue en el final de una de las calles y creyendo que era un fuego o algo por el estilo caminé hacia allí asustado teniendo aún en mente los cuerpos de aquellas personas y su olor a descomposición provocándome arcadas. Al llegar al final de la calle avisté una casa, ¡con luz en su interior! Me apresuré a ver que había dentro y para mi sorpresa vi varias mujeres andando de un lado a otro de la sala. Llamé a la puerta y rogué que me dejaran entrar. Me abrieron, me recibieron con los brazos abiertos, me dieron comida, una muda limpia, un baño e incluso una cama donde dormir en la que nada más caer en ella concilié el sueño de momento.
A la mañana siguiente me desperté en aquella habitación, la noche anterior estaba demasiado cansado y no pude fijarme muy bien en quién me había tratado tan bien, ni en qué clase de habitación estaba durmiendo, observé a mi alrededor y sólo había un armario antiguo, me parece que era del siglo XIX, una mesita de noche con un vaso de agua y una vela encima y la cama sobre la que estaba sentado mientras observaba toda la habitación. Me cambié de ropa y me dispuse a salir de la habitación. Al salir me dí cuenta de que estaba en una especie de Hotel en pésimas condiciones, había otras habitaciones, vacías pues ni se oía ni se veía a nadie en su interior puesto que las puertas estaban abiertas, había unas escaleras y bajé a comprobar si había alguien. Una vez abajo estaba en una especie de salón con un rincón u unos sofás sucios y desgastados. De pronto escuché una voz detrás de mí y me asusté de tal manera que fui corriendo a esconderme detrás de uno de los sofás, después volví a escuchar esa voz de nuevo que decía: "No tengas miedo, no somos como los otros, nosotros no estamos infectados y somos buena gente." A esto que me asomé lentamente desde aquel sofá de cuero rojo y pude avistar a una chica joven de unos 19 o 20 años, la cual era la que me hablaba, me levanté y caminé hacia ella. Me dijo que la siguiera si quería desayunar a lo no me negué, estaba hambriento.
Entramos en una cocina antigua con fogones de leña, encimeras de madera y en el centro una mesa grande y unas sillas de madera, al parecer toda la casa estaba en el mismo estado, hasta las paredes, empapeladas con una especie de dibujo de flores estaba agujereada por algunas zonas, tras ellos se podía observar la maleza que había detrás de la casa. Me preparó una especie de bebida negra y aromática, con un sabor parecido al del café, pero con un gusto muy dulce, similar al de la miel, me senté en una silla y ella se sentó enfrente y empezamos a hablar...

Continuará...