30 octubre 2011

Un sueño extraño. Capitulo 6: Memoria.

Me despierto poco a poco, voy abriendo los ojos cada vez más, mi vista se restablece a medida que los abro y aquella imagen difuminada que veía a través del cristal que me tiene encerrado dentro de este líquido se va haciendo cada vez más nítida. Al terminar de identificar completamente mi alrededor descubro una cosa muy sorprendente. Allí, detrás del cristal podía ver perfectamente a Anette y a otra mujer mayor que ella, vestidas con batas blancas y mirándome fijamente. De repente aparece un hombre con traje negro de detrás de ellas, mese su mano en un bolsillo, saca un cigarrillo, lo enciende y dice:
- Vaya perdida de tiempo, ¿creéis que lo vais a recuperar? Ese hombre lleva muerto desde hace 5 años, ¿aún seguís con la esperanza de que despierte de su letargo?
- Menos es nada, mientras quede un resquicio de esperanza en esta vida, intentaremos aferrarnos a esa esperanza por muy difícil o complicado que sea el camino hasta la solución a nuestro problema. -dijo la mujer que estaba al lado de Anette.
Anette se limitaba a mirarme, muda, sin articular palabra alguna, con esa mirada que entraba en lo más interno de mi ser, atravesaba mis entrañas y me hacía sentir un vacío inmenso en mi interior, como si no tuviera alma.
- Haced lo que queráis -dijo el hombre de traje negro como la noche y cara pálida como la luna- si fuera por mí, ese ser que tenéis ahí encerrado... ¡Ya estaría bajo una tumba!
El hombre se marchó lentamente de la sala dejando solas a Anette y a esa extraña mujer. Más tarde la mujer de al lado se marchó por donde había venido el hombre de negro, pero Anette seguía ahí delante, fija, cómo si su vida dependiera de ello. Después de unos segundos de haberse marchado la otra mujer perdí el conocimiento...
Desperté, otra vez en la misma habitación y en la misma cama de hace ya unos 4 ó 5 días. Sí, había vuelto a tener otra vez la misma pesadilla, pero esta vez algo más completa, empiezo a pensar que lo que sueño no son pesadillas sino recuerdos de mi pasado... ¡Solo había una manera de saberlo! Debería preguntárselo a Anette.
Bajé por las escaleras y la vi asomada a una ventana con una taza de colero, mirando la nada.
- Anette, tenemos que hablar.
- Claro Kirios, ¿de qué quieres que hablemos?
- Debo preguntarte ¿en qué trabajabas antes de la catástrofe que acabó con la isla?
- Pues verás Kirios, yo trabajaba de científica junto a mi madre, buscábamos la cura para esta enfermedad causada por el Clomius. Pero no todo salió como esperábamos y tuvimos que dejar la investigación.
- ¿Dónde está tu madre ahora?
- Murió, dio su vida por la investigación, ella se negaba a seguir viviendo sin una esperanza para resolver esta enfermedad y terminó por acabar con su vida, al igual que mi padre...
- Lo siento, no debería de haber preguntado, perdóname, yo no quería...
- No importa, la vida sigue, y si algo he aprendido especialmente de mis padres fue que por mucho que te golpee la vida siempre tienes que levantarte y seguir intentándolo. Bueno, ¿alguna pregunta más?
- No, gracias, aunque... ¿Hay más colero en la cocina?
- ¡Por supuesto! Sabes que siempre hago de más. -dijo con una sonrisa en la cara-
Me fui a la cocina y cogí una taza de colero, no tuve valor a preguntar el porqué del cese de su investigación, ni si yo fui sujeto de algunos de sus experimentos, aunque sé que me oculta algo importante, se le nota en los ojos cada vez que hablo del tema de mi amnesia, me mira con esa mirada que dice: "PERDONAME". Estoy muy confuso, creo que me voy a tomar el colero y voy a seguir con el libro.
Vuelvo a ver la misma escena de cuando el sueño, ¿me habría quedado dormido leyendo el libro? La cuestión es que estaba de nuevo en ese cristal y quería llegar al fondo del asunto así que intenté golpear el cristal, pero ¡no podía moverme! Estaba como paralizado, no podía ni mover los ojos, ni siquiera parpadear, me sentí impotente. Durante unos segundos estuve inmóvil intentando por todos los medios moverme, era inútil, entonces volvía escuchar la voz de aquella mujer que antes estuvo al lado de Anette. ¿Sería su madre?
- Anette, tengo malas noticias, vamos a tener que dejar la investigación. El señor Tellman me acaba de comunicar el cese de la investigación.
- Pero mamá, llevamos mucho tiempo investigando y ya casi estamos a punto de descubrir la cura para la enfermedad, ¡sólo hay que esperar a que el chico despierte!.
- Cariño lo siento, pero no podemos seguir trabajando aquí. Pero tengo una idea para proseguir nuestra investigación. Tan solo tenemos que llevarnos al chico a otra parte.
- Pero mamá el señor Tellman no te dejará, intentará por todos los medios que no te lo lleves a ninguna parte y lo más seguro es que lo mate.
- Esta noche sacaremos al chico del laboratorio y nos iremos a una isla. Allí tenemos los aparatos necesarios para proseguir con la investigación, ¿vendrás conmigo?
- Vale mamá, pero prométeme que después volveremos con la cura y salvaremos a la humanidad.
- Eso está echo cariño.
En ese instante volví a perder el conocimiento. Desperté en el sofá del salón. Ya era de noche, había dormido horas, no me podía creer lo que había soñado, decidí no preguntar más a Anette, quizás los sueños me revelen mi pasado.  Continuará...


Bueno espero que lo estéis pasando bien con mi historia, cada vez iré desenrollando un poco más las cuestiones que rodean a nuestros personajes, desde la muerte de la madre de Anette hasta la cura para el clomatio. Seguid leyendo mi blog si os interesa la historia y recuerdo que debajo de cada capítulo aparece un espacio para comentarios, comentad, que parece que ¡escribo para fantasmas! Sé que leeis mi blog, aparecéis en estadísticas y otros me seguís, gracias de todas formas. Un mensaje desde dentro escrito por un LOCO.

27 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 5: Potum, un nuevo amigo.

Me desperté, al parecer lo que para mí fue una pequeña siesta, en la realidad habían pasado horas, ya se había hecho de noche. Bajé al recibidor y no encontré a nadie, no se escuchaba ningún ruido y estaba todo oscuro. Cogí una vela que había en la mesita del recibidor y la encendí con unas cerillas que había en ésta. Fui a la cocina y no había nadie, volví por el recibidor y me asomé al salón, tampoco había nadie, subí arriba preocupado, allí tampoco había nadie, solo habitaciones vacías. decidí coger mi libro y seguir leyendo en el salón con la chimenea encendida.
Dejé el libro en la mesa del salón y fui a por leña al patio de atrás de la casa. Salí fuera, hacía mucho frío, así que me apresuré a coger la leña, con las prisas me tropecé con algo y me caí al suelo. Medio atontado por el golpe con el suelo cogí como pude la leña y la metí dentro. No sabía con qué me había tropezado, creo que era algo grande y duro, porque pese a darle una terrible patada que me había dejado el pie dolorido, no sentí que se moviera lo más mínimo. Decidí mirarlo mañana con más tranquilidad y con un poco más de luz. Encendí la chimenea y me puse a leer un rato de mi libro, estaba muy interesante. Massoud había quedado atrapado en una cueva intentando buscar un tesoro y se había quedado sin luz y sin comida ni agua, ¿cómo sobreviviría? Proseguí con la lectura y a las 2 horas llamaron a la puerta. Me acerqué para ver quién era. Y vi por la mirilla una persona mayor, empapada y llena de arañazos.
- ¡Abre por favor Kirios, vengo de parte de Anette!
- Yo me quedé pasmado por unos segundos y sin pensarlo dos veces abrí la puerta.
- ¡Gracias joven! ¡Hace mucho frío fuera a estas horas!
- Venga al salón, allí se calentará.
Allí se quitó una especie de chubasquero que llevaba puesto y se sentó en un sofá. Le pregunté que porqué estaba allí y donde estaba Anette.
- Verás, Anette me envía desde la casa de mi hermana, en el norte de la isla, me dijo que te avisara de que no salieras por la noche y de que no te preocuparas, que ella volvería mañana.
- No lo comprendo, ¿porqué no ha vuelto contigo? Además, ¿porqué has venido de noche si se supone que es peligroso?
- Verás joven, yo tengo una camioneta que gracias a Dios aún funciona, es una de las pocas cosas que aún funcionan en esta isla, pero me veo obligado a usarla sólo en caso de emergencias como estas, por el ahorro de combustible, es muy difícil encontrarlo en una isla como esta.
- Y ¿porqué te envía Anette? Sí yo ya sé cuidarme sólo y sé de sobre que no debo salir por la noche. Para mí esto no es una emergencia.
- Verás, Anette tiene una norma: "Nadie debe permanecer sólo e incomunicado por la noche". Ya ves se preocupa tanto de ti como de los demás habitantes de la isla, ese es su trabajo.
- ¿Cómo? ¿Su trabajo?
- Sí, ella es la única capaz de curar las heridas y las enfermedades en esta isla, además conoce muy bien su flora y su fauna así como dónde encontrar el remedio necesario para sanar cualquier herida ya sea por veneno de navario o por una hinchazón provocada por un golpe.
- Quieres decir que: ¿Anette es la médico de la Isla?
- Sí, a eso me refiero.
Hoy acabo de descubrir la profesión de mi anfitriona, nunca hasta ahora se me había ocurrido preguntarle.
- Bueno a todo esto, ¿cómo te llamas?
- ¡Me llamo Potum! Tu nombre es Kirios ¿verdad?, o eso dijo Anette.
- Sí, me llamo Kirios, espero que podamos ser buenos amigos! -Y le dí la mano con una gran sonrisa.- Bueno ya es tarde, deberíamos cenar ¿no?
- ¡Claro! Yo no sé cocinar, ¿y tú?
- Pues estamos apañados, yo tampoco sé cocinar, sólo he ayudado a Anette a hacer la cena 2 días y aún no sé muy bien como se hace, pero podemos intentarlo...
- Tranquilo chico, que tengo en el asiento del copiloto de la camioneta una olla con cocido de *ragún. Era para ver lo que decías! -Dijo riéndose-
Fuimos corriendo y cogimos rápido esa olla, estaba lloviendo a cántaros, yo con la lectura no había dado ni cuenta, calentamos la olla en la cocina y nos pusimos a comer. Después de comer estuvimos otro rato en el salón, en donde Potum me estuvo contando muchas anécdotas de cuando el era más joven y de cómo era la isla en aquel entonces. Después de hablar unos 40 minutos nos fuimos a la cama, Yo me fui a mi cuarto, dejé mi libro sobre la mesa y saqué mi diario, este día tenía que ser recordado, pues había descubierto muchas cosas nuevas y había hecho un nuevo amigo. Continuará...

*Ragún: Es una especie de cerdo con cuernos en el hocico, como un rinoceronte, de unos 80 kg, vegetariano y principalmente inofensivo, menos cuando se ve amenazado estando con las crías.

Espero que os haya gustado este capítulo, llevo un tiempo sin escribir debido a que había cogido la gripe. Espero que hayáis pasado un buen rato leyendo tranquilamente y ¡hasta la próxima!

23 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 4: ¡¡¡Peligro!!!


Ayer soñé con ella, era un tanto extraño, aparecen varias cosas espeluznantes en el sueño, veo a gente morir, cadáveres por todos lados, mi cuerpo manchado de sangre y una neblina oscura que me rodea y me envuelve dejándome sin respiración y a oscuras; pero entonces aparece ella y con su suave voz me libera de la oscura neblina que me rodeaba dejándome libre, pero cuando me intento acercar a ella, se marcha dejándome sólo en la eterna oscuridad… No sé si este sueño es real o quiere decirme algo, es como una sensación de haberlo vivido antes, lo que se dice como un déjà vu o paramnesia. Creo que más bien es un recuerdo transformado por una pesadilla, parece como si mi mente no quisiera que recordara ese recuerdo.
Me levanté y fui abajo a desayunar algo, pero para mi sorpresa no había nadie, estaba la casa vacía, ni siquiera Tiara y Domus. Encontré una nota en la puerta principal que decía:

“He ido a buscar provisiones, tienes “Colero” en la cocina, espero que desayunes bien, volveré pronto.

Anette.

P.D. No salgas de la casa por favor, tengo que hablar contigo sobre los peligros que aguardan a fuera, dentro estarás a salvo.”

No sabía muy bien qué hacer; por un lado quería ir a buscarla, porque en el caso de que hubiera peligros, no me quedaría tranquilo sabiendo que vaga por la isla sin protección; por otro lado confío en ella y en su instinto de supervivencia, si ha estado aquí hasta ahora, no creo que deba preocuparme tanto; pero de algo estaba seguro, tenía que desayunar algo, así que me fui a la cocina. Allí me encontré con un vaso lleno de ese líquido negro parecido al café, creo que es eso a lo que llama “Colero”, pero lo importante es que está bueno, al perecer es nutritivo y sacia bastante, así que me lo tomé y me senté en el salón a la espera de que vuelva Anette. Mientras esperaba encontré un libro titulado “Los banquetes de Massoud”, al parecer el libro trataba de la historia de un joven musulmán que procedía de la más humilde pobreza en un país musulmán, reinado por el califa Rashim, el cual tenía una hija muy guapa de la cual Massoud se enamora perdidamente; Massoud correrá muchas aventuras por tratar de ganar algo de dinero para poder ver a la joven princesa cara a cara y declararle su amor.
Después de leer un rato apareció Anette de la nada y me asustó al decirme “¡Buenos días Kirios!”, estaba tan inmerso en la historia que no la había oído entrar. Se estuvo riendo un rato y me dijo que nunca había conocido a alguien que se asustara tanto, incluso a plena luz del día. Yo me levanté del suelo avergonzado, mi susto fue monumental, creo que incluso yo mismo me hubiera reído de haberme visto caer del sofá de aquella manera tan ridícula.

-          Kirios, te espero en la cocina, ven cuando termines de leer. Dijo Anette.

Terminé de leer, marqué la página con un pedazo de cartón que había en el suelo y fui a la cocina. Anette estaba colocando las provisiones en las estanterías de la cocina, había traído de todo, desde hierbas y hongos hasta gasas y vendas. Nos sentamos en la mesa y me dijo:
-          Kirios, ¿has leído la nota que he dejado en la entrada?
-          Sí, ¿de qué peligros querías hablarme?
-          Verás, en esta isla tienes que tener cuidado con algo más que los Comátodos, hay otros seres, como animales, insectos e incluso plantas; de los que tienes que tener mucho cuidado de no tropezarte con ellos. De entre los animales tienes que tener cuidado con los “Relus”, son una especie de lobos de poco más de 40 cm de estatura, pero son tan fieros como cualquiera y además atacan en manadas de 15 o 20 así que ten mucho cuidado si ves uno, nunca van solos, aunque no hay mucho de qué preocuparse, puesto que viven en la parte noreste de la isla; de entre los insectos están: Los Sapios, los Naraties, las Sagartas, los Navarios y los Nizcos. Todos estos son entre otras arañas y escorpiones de los que tan sólo una picadura o mordedura pueden acarrear graves consecuencias, desde desmayos instantáneos hasta la muerte en el caso de los Nizcos. Las plantas son algo más inofensivas, pero no te fíes, hay algunas que aparte de ser venenosas son carnívoras como es el caso de la “Azaleus Mortensis Erecta”, también llamada como la “Plantípies”, a pesar de que pueden caminar de pie como los humanos, no son muy rápidas, pero si te cogen con sus tentáculos extensibles, o cortas el tentáculo con un hierro al rojo vivo o estás muerto, cualquier filo o cuchilla no corta sus tentáculos, está cubiertos pon una película de baba que aparte de ser un buen pegamento es muy resbaladizo en contacto con el metal o la madera y se escurre, pero con la piel humana y la tela, ocurre al contrario; se pega tan fuertemente que puede arrancarte un pedazo de piel si no te lo quitas con mucho cuidado o con un poco de agua, el agua reblandece un poco el pegamento del tentáculo. Por hoy eso es todo, conforme vayamos viendo nuevos peligros te los haré saber, estos eran los más importantes, tanto por su peligrosidad, como por ser comunes por esta zona. ¿Tienes alguna pregunta Kirios?

Yo me quedé anonadado, ¿de verdad había tantas cosas peligrosas ahí fuera?, ¿cómo había sido capaz de eludir todas ellas durante tanto tiempo? Y lo más importante, ¿cómo sabía ella tanto de todos esos peligros? Evidentemente, estas preguntas las descubriría de aquí a un tiempo así que no me molesté en preguntar ninguna de estas, además ella más bien se refería a si tenía alguna duda acerca de los peligros, no de cómo ella sabia esa información.

-          ¿Kirios?, ¿estás bien?, parece que te ha impactado bastante la idea de que haya tantos peligros ahí fuera, pero debes saber que la mayoría de ellos son inofensivos si se toman las medidas necesarias así que necesito que mañana vengas conmigo por la mañana, vamos a cazar unas ranas al pantano, así de camino te iré enseñando todo lo que sé y un sitio perfecto para nadar.

Anette se levantó y se fue arriba, yo me quedé un poco más en la cocina leyendo un poco más del libro que me había encontrado y bebiendo un poco de Colero. Mañana me esperaba un día difícil, así que subí a echarme una siesta después de comer una rica tortilla de verduras… ¡Continuará!

19 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 3: ¡Me llamo Anette!

- Me llamo Anette!
- ¡Qué nombre tan bonito! ¡Me parece un nombre precioso!
- Por favor, ¡que me voy a sonrojar! ¿Y tú cómo te llamas?
- Me llamo... De repente suena un ruido procedente de la puerta, como si la hubieran golpeado con algo.
Fuimos hacia la puerta y al abrirla apareció una pareja joven, jadeando y llenos de tierra.
- Domus está herido!, dijo la muchacha.
- Tranquila Tiara, túmbalo en su cama subiré en un momento. Dijo Anette.
Una vez en la habitación de Domus, Anette subió al momento con una caja llena de vendajes, pastillas, tijeras y demás cosas para primeros auxilios supongo. Domus tenía una herida muy fea en la cabeza y otra en el brazo. Anette le preguntó cómo se había hecho las heridas y Tiara respondió que fue en un forcejeo con Clomátodo.
Yo le pregunté a Anette acerca de los Clomátodos, al parecer era el nombre que les habían puesto a esa especie de zombis que me encontré anoche.
- Sabes muy bien a que me refiero con la pregunta Tiara, ¿ha tragado o no ha tragado Domus la saliva del Clomátodo?
Al parecer según me explicó Anette, los Clomátodos transmiten la enfermedad a través de la saliva y yo me pregunté el problema de ese contagio, es difícil hacer tragar la saliva de un cuerpo putrefacto a una persona viva en su sano juicio, pero Anette me explicó que los Clomátodos a pesar de su lentitud y su aspecto putrefacto tienen mucha fuerza y suelen ser muy sigilosos por lo que te cogen por sorpresa y te dan el llamado "Beso Clomius".
- No, las heridas se produjeron en el forcejeo, Domus se dio un golpe con un árbol y cayó inconsciente, fue entonces cuando lo cogí y me dirigí hacia aquí, que yo sepa no le ha dado el beso.
- Menos mal, no nos podemos permitir que más gente quede infectada por el Clomatio. Dijo Anette.
Después de curar a Domus salimos fuera para dejarle descansar. Al parecer Anette se le daba muy bien curar a la gente, no tardó más de 15 minutos en cortar la hemorragia y vendar las heridas. Volvimos a la cocina dejando a la joven pareja juntos y preparó algo de esa bebida negra para los dos.
- Bueno, espero que esta experiencia no te haya quitado la sed. Dijo Anette.
- Creo que estoy acostumbrado a ver sangre y heridas, porque no me afecta para nada.
- Retomando la conversación aún no me has dicho como te llamas...
- Ah! Sí, perdona, se me había olvidado con tanto revuelo, me llamo Kirios.
- Kirios eh? Me suena tu nombre, no sé de que pero me suena bastante, bah! Será una tontería.
Seguimos charlando y esperamos más o menos hasta que anocheció, entonces volvimos a subir a la habitación para ver que tal estaban Domus y Tiara. La imagen era para recordar, era esa típica imagen en la que aparecen el hombre herido durmiendo y la mujer apoyada en él, sin dejarlo sólo ni un momento. Anette procedió a examinar a Domus, había recuperado la consciencia y se estaba recuperando bien, así que volvimos a salir del cuarto sin despertar a la pareja.
- Bueno es tarde, creo que voy a hacer la cena, ¿me ayudas Kirios?
No pude negarme, habían cuidado de mi y me habían dado una cama donde dormir, no se me ocurría otra manera de ayudar en ese momento. Bajamos a la cocina y preparamos una especie de cocido a base de hierbas aromáticas y una especie de hongos rosas que olía muy bien y sabía aún mejor.
Después de cenar les llevamos dos platos a Tiara y Domus que ya estaban despiertos, se lo comieron encantados y siguieron en la habitación, Domus debía guardar reposo hasta mañana puesto que Anette advirtió de que no saliéramos de la casa durante la noche. No sé porqué pero ella sólo tenia una norma en la casa, nadie sale durante la noche.

Después de encender la chimenea del salón yo tenía tanto sueño que me fui a dormir, Anette siguió allí sentada en aquel sofá rojo mirando el fuego, sus ojos brillaban tanto que se podía ver reflejado el fuego en sus ojos. Una vez en mi habitación me quité la ropa y me puse el pijama, pero antes de dormir saqué un libro del cajón que estaba en blanco y empecé a escribir esta historia que os estoy contando, este es el primer día en la casa, ¡quería recordarlo para siempre!


Aunque no lo parezca voy a seguir con la historia, se me olvidó poner el Continuará, perdonad mis queridos lectores, lo bueno no acaba aquí, ahora empieza lo mejor. Aprovecho para comunicar que en vez de escribir todos los días procuraré escribir todas las semanas, porque por razones de tiempo no puedo seguir con este ritmo. Un saludo y gracias por leer mi blog!!!

17 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 2: Descubro la realidad.

- ¿A qué te has querido referir cuando has dicho que no estabais infectados, de qué se trata?
- ¿Cómo? ¿No me digas que no sabes lo de la enfermedad que está afectando a todo el mundo?
- Pues no, por favor ¿podrías explicármelo? Estoy muy confuso.
- No estoy muy segura, pero creo que todo surgió con la fabricación de un remedio para una gripe misteriosa que afectaba tanto a animales como a humanos, tras años de investigación descubrieron que esa gripe provenía de una extraña planta decorativa que comercializaba una empresa japonesa, en un principio era inofensiva, pero al tiempo transformaba el CO2 en un gas venenoso al que los científicos llamaron "Clomius". Se encontró el remedio a esa gripe, pero lo que no sabíamos es que el virus con el tiempo mutaría pasando inadvertido por décadas y dando lugar a la actual enfermedad nacida de la fusión del Clomius con el remedio, que se comercializaba como "Anti-clomius". Esta nueva enfermedad provocaba la descomposición lenta y dolorosa del cuerpo humano, empezando por las extremidades y la piel y acabando por los órganos vitales; la llamaron "Clomatio". Y eso es todo lo que sé sobre el Clomatio, siento no poder darte más detalles, pero es lo que me contó mi madre antes de morir.
Yo me quedé estupefacto, no sabía ni entendía nada de lo que esa chica me estaba contando, pero de una cosa estaba seguro, la humanidad había quedado prácticamente reducida a unos pocos individuos. Que yo supiera en la casa estábamos unas 7 u 8 personas.
- ¿Cuánta gente queda viva?
- Quedamos unos 60 en toda la isla.
- ¿Cómo? ¿Estamos en una isla?
- Sí y por si lo preguntas estamos atrapados, no hay manera de salir, no existen playas, hay acantilados en todo el borde de la isla y es imposible salir en barco ni en avión puesto que no tenemos los materiales suficientes para hacerlos ni los medios para hacer que funcionen. Por cierto, ¿anoche te preguntamos de sonde venías y nos dijiste que no sabías cómo habías llegado hasta aquí, aún no te acuerdas?
- Por desgracia sigo sin poder acordarme de nada de lo que ocurrió a partir de ayer, pero estoy seguro de que lo recordaré, hoy he soñado que estaba en una especie de urna de agua y casi podía distinguir la figura de un hombre detrás del cristal. Creo que son recuerdos de mi pasado. Por cierto, perdona mi descortesía anteriormente, ¿cómo te llamas?
- Me llamo... Continuará!


*Hola lectores, espero no molestar mucho, he decidido cortarlo aquí esta vez para dejar en tensión la cosa, mañana o pasado sigo con la 3ª parte, gracias por leer =)*

16 octubre 2011

Un sueño extraño. Capítulo 1: El comienzo.



Estaba a las afueras de un pueblo abandonado, con edificios viejos, con la pintura desgastada por el paso de los años y manchas en las fachadas, ventanas y puestas apuntaladas con tablas y chapas de latón, carreteras desiertas y árboles deshojados y consumidos por la falta de regadío en la zona, suelo con agujeros y farolas rotas y restos de cristales por toda la carretera cómo si hubieran roto las lunas de esos coches que algún día estuvieron funcionando por aquellas calles ya en pésimo estado.
Me dispuse a caminar por la calle cuando escuché un ruido extraño, sonó a algo parecido a como si se arrastrara una especie de saco. No le dí importancia y seguí caminando creyendo que sería algo que había caído de aquellas casas ruinosas, muchas de ellas tenían el tejado derruido y aún a pesar de la oscuridad de la noche y de la especie de neblina que rodeaba a todo el pueblo se podía distinguir como en los desvanes de esas casas había cajas y demás objetos, incluso pude distinguir un árbol de Navidad medio pelado al que se le habían caído más de la mitad de los adornos. Una vez reanudada la marcha me dispuse a buscar algo de alimento y herramientas de algún uso para mi supervivencia, pues soy consciente de que estoy sólo en este pueblo. Llegué a una casa que tenía el garaje abierto y busqué dentro de él con la esperanza de encontrar alguna herramienta que me fuera de utilidad, pero no encontré más que unas pocas arandelas y algún que otro clavo oxidado, ni rastro de alguna caja de herramientas, supongo que el dueño de la casa se la llevaría consigo. Mientras seguía buscando escuché perfectamente las voces de 2 personas discutiendo. ¡Estaba salvado! ¡Había encontrado civilización!
Corrí hacia donde escuché las voces y cuán espeluznante fue mi encuentro con un par de cuerpos semicadavéricos los cuales no discutían, sino que gritaban y daban la sensación de que discutían. Asustado, retrocedí lentamente hasta quedar lo suficientemente lejos de ellos y busqué la salida de aquel lugar. Vi una luz tenue en el final de una de las calles y creyendo que era un fuego o algo por el estilo caminé hacia allí asustado teniendo aún en mente los cuerpos de aquellas personas y su olor a descomposición provocándome arcadas. Al llegar al final de la calle avisté una casa, ¡con luz en su interior! Me apresuré a ver que había dentro y para mi sorpresa vi varias mujeres andando de un lado a otro de la sala. Llamé a la puerta y rogué que me dejaran entrar. Me abrieron, me recibieron con los brazos abiertos, me dieron comida, una muda limpia, un baño e incluso una cama donde dormir en la que nada más caer en ella concilié el sueño de momento.
A la mañana siguiente me desperté en aquella habitación, la noche anterior estaba demasiado cansado y no pude fijarme muy bien en quién me había tratado tan bien, ni en qué clase de habitación estaba durmiendo, observé a mi alrededor y sólo había un armario antiguo, me parece que era del siglo XIX, una mesita de noche con un vaso de agua y una vela encima y la cama sobre la que estaba sentado mientras observaba toda la habitación. Me cambié de ropa y me dispuse a salir de la habitación. Al salir me dí cuenta de que estaba en una especie de Hotel en pésimas condiciones, había otras habitaciones, vacías pues ni se oía ni se veía a nadie en su interior puesto que las puertas estaban abiertas, había unas escaleras y bajé a comprobar si había alguien. Una vez abajo estaba en una especie de salón con un rincón u unos sofás sucios y desgastados. De pronto escuché una voz detrás de mí y me asusté de tal manera que fui corriendo a esconderme detrás de uno de los sofás, después volví a escuchar esa voz de nuevo que decía: "No tengas miedo, no somos como los otros, nosotros no estamos infectados y somos buena gente." A esto que me asomé lentamente desde aquel sofá de cuero rojo y pude avistar a una chica joven de unos 19 o 20 años, la cual era la que me hablaba, me levanté y caminé hacia ella. Me dijo que la siguiera si quería desayunar a lo no me negué, estaba hambriento.
Entramos en una cocina antigua con fogones de leña, encimeras de madera y en el centro una mesa grande y unas sillas de madera, al parecer toda la casa estaba en el mismo estado, hasta las paredes, empapeladas con una especie de dibujo de flores estaba agujereada por algunas zonas, tras ellos se podía observar la maleza que había detrás de la casa. Me preparó una especie de bebida negra y aromática, con un sabor parecido al del café, pero con un gusto muy dulce, similar al de la miel, me senté en una silla y ella se sentó enfrente y empezamos a hablar...

Continuará...