Era un nuevo día, seguía en cama, en unos dos o tres días podría volver a estar en pie, dando vueltas para arriba y para abajo. Hacía una mañana esplendida, la luz del sol atravesaba la ventana e iluminaba la habitación, las paredes blancas, las flores color lila, todo me parecía precioso. Estuve un momento pensando en la pesadilla de anoche, ¿sería alguna especie de mensaje de mi subconsciente? ¿alguna especie de sueño premonitorio? De ser ese el caso, debería de buscar alguna manera de que no se llevara a cabo. Al cabo de un tiempo acabé por no darle importancia al asunto. Al poco tiempo vino Anette con una infusión y unas cápsulas, mi medicación para la herida. Me tomé al infusión junto con la cápsula, y ella se me acercó y me dio un beso, y yo correspondí. Ella se quedó un poco más antes de irse a ver a Domus y Tiara, Domus tenía una contusión en la pierna y le impedía parcialmente la movilidad de esta. Durante ese pequeño tiempo que estuvimos juntos me preguntó por el nombre que le pondríamos a nuestro hijo de ser niño o niña. Yo, en especial no me importaba decidir el nombre, así que le dije a Anette que los eligiera ella, pero se negó en rotundo. Dijo que el nombre debíamos elegirlo juntos. Entonces me dejó y e dijo que me lo fuera pensando, que así de camino pensaba algo de verdad y ejercitaba la mente, dijo con tono satírico, y se fue entre risas.
Me quedé mirando el techo de la habitación, pensando en un nombre, pero ¿cuál nombre debería de ser? Todos los nombres que se me ocurrían me parecían un tanto absurdos. Pero entonces se me ocurrió una genial idea, en el caso de ser niña le pondríamos el nombre de la madre de Anette. Pero aún así me quedaba el dilema de si era niño, ¿qué nombre le pondría? Estaba bastante cansado así que decidí dejarlo para otro momento. Cerré los ojos y seguí durmiendo. Entonces volví a soñar otra vez.
- Kirios, recuerda que siempre estaré muy orgulloso por todo lo que hiciste y por cuidar de tu madre en mi ausencia, hasta nunca hijo...
Esa era la voz de mi padre, hacía años que no la escuchaba. Esas fueron las ultimas palabras de mi padre antes de que muriera. Pasaron y pasaron los días, hasta que llegó el día en el que ya podía levantarme y salir de la habitación por mi mismo, no podía salir de casa, pero por lo menos no seguía en la cama sin poder apenas moverme. Poco a poco fui recuperando la movilidad y cada vez me costaba menos moverme por la casa. Aproveché que estaba por la casa sin hacer nada, para hacer unas labores de mantenimiento de la misma, desde limpiar cuartos y pasillos, hasta pintar alguna de las paredes de las habitaciones que estaban desgastadas desde hace mucho tiempo.
- Kirios, mañana empezarás a salir de la casa, prepárate y duerme bien, que mañana tenemos que ir a la otra parte de la isla, iremos a ver a Domus y Tiara. Tienes que empezar a dar largas caminatas, en menos de 2 semanas estarás recuperado por completo, ya lo verás. Continuará...
Estimados lectores, dada mi extremada vagancia y que las fotos que busco no las encuentro por ninguna parte, a partir de este capítulo dejaré de subir fotos junto con las historia... Disfruten con ella y espero que me disculpen por lo ocurrido. Gracias por leer!
26 noviembre 2011
20 noviembre 2011
Sueño Inusual. Capítulo 1: Despertar. 2ª Parte de Un sueño extraño.
- Kirios, ¡estoy embarazada!
- ¿Cómo?
Esa frase me dejó impactado, fue como un golpe de alegría que inundaba mi ser y me dejaba totalmente inmóvil, no podía pronunciar ni una palabra y mi cuerpo no respondía, estaba en estado de shock.
- Kirios, estás bien.
- Sí, supongo que la noticia me ha impactado un poco.
- No, la culpa es mía por decírtelo así de sopetón, perdona.
- ¿Perdona? ¿Por qué? ¿Por darme la mejor noticia de mi vida? Anette, sabes que te quiero y que lo único que me importas eres tú, bueno ahora también nuestro hijo...
- ¿Quién ha dicho el hijo sea tuyo?
Me quedé muy parado y volví al estado de shock, no podía soportar la idea de que Anette tuviera un hijo de otra persona en su interior...
- Tranquilo Kirios, que es una broma, ¡claro que es tuyo tontín!
- No me lo vuelvas a hacer Anette, ¡me he llevado un susto de muerte!
Mi corazón estaba que se salía de mi pecho, estaba muy alterado.
- Lo he hecho para que tu corazón bombee sangre más deprisa y que te recuperes, después de una semana en inconsciente, tu cuerpo necesita toda la sangre que pueda para no atrofiarse. Ahora debes descansar, te deja cariño, adiós y descansa un rato que tengo que hacer la comida.
Todo me resulta extraño... Vivo feliz con la mujer a la que amo, vamos a tener un hijo, la solución para la enfermedad se ha descubierto... esta extraña felicidad absoluta me daba mala espina, soy de los que piensan que de una felicidad total, algo tiene que haber que la estropee y vuelva el sueño una pesadilla. Sin embargo, decidí dejar el tema apartado y vivir el presente, pensando en el futuro y disfrutar de la vida feliz que tengo hasta ahora.
Al poco tiempo, volvió Potum con Anette, me incorporé; me habían traído un poco de sopa. Me la tomé y nos quedamos un rato charlando. Pregunté por el estado de la cura, si la habían probado y si funcionaba con los demás afectados. La cura era efectiva, salvaba a la gente que estaba en fase de infección, dentro de los 2 primeros días, a las demás personas era prácticamente imposible, pues por su avanzado estado de enfermedad, no podían soportar la cura y se destruían, se cristalizaban como si se les hubiera inyectado mi sangre directamente.
- Potum, ¿cómo esta tu hermana, se ha recuperado?
- Sí, está como una rosa, quería venir a verte y a acompañar a la persona que hizo posible que se mejorara, pero debido a su avanzada edad, no puede venir, espero que lo entiendas.
- No importa Potum, iré a verla en cuanto esté recuperado.
- Kirios -dijo Anette- deberías estar por lo menos 2 días más en cama, no quiero que recaigas de tu herida.
- ¿Herida qué herida?
Me palpé todo el cuerpo sin encontrar ningún rasguño, hasta que llegué a la cabeza... Tenía toda la cabeza vendada, pregunté a Anette cómo era la herida, me respondió que tenía una brecha de unos 25 cm. y que me habías tenido que hacer puntos de sutura, también tenía un hematoma craneal, el causante de mi coma. Tras contarme las características de la herida con pelos y señales, les pregunté que cómo llegué hasta la casa. Potum me había traído en la camioneta. Anette fue a por él y vino a recogerme junto a él en la camioneta. Después de hablar durante bastante tiempo Potum se fue a casa de su hermana, pues estaba preocupado por ella. Anette y yo nos quedamos sólo, era casi de noche, Anette se había quedado dormida junto a mí, echada sobre la cama y yo estaba cansado así que me quedé dormido.
Esa misma noche tuve un sueño. Estábamos Anette y yo en una habitación, separados por un cristal trasparente, ambos intentábamos romper aquel cristal, pero era inútil, entonces aparece un hombre encapuchado del lado de Anette y se la lleva a pesar de que se resistía todo lo que podía. Me desperté sudoroso y temblando, miré a mi lado y pude ver como Anette seguía a mi lado, me fue un gran alivio verla de nuevo conmigo, esa pesadilla me había mostrado mi único temor. Cerré los ojos he intenté volver a conciliar el sueño, mañana sería otro día. Continuará...
Lectores hoy es mi cumpleaños y antes de que acabe el día quiero haceros un regalo y publicar una segunda parte de mi historia, a petición de mis lectores, ¿cómo no? XD Sigan leyendo y muestren un poco de apoyo, que si no pues podría dejar la historia a medio terminar... Hasta el próximo capítulo! =)
- ¿Cómo?
Esa frase me dejó impactado, fue como un golpe de alegría que inundaba mi ser y me dejaba totalmente inmóvil, no podía pronunciar ni una palabra y mi cuerpo no respondía, estaba en estado de shock.
- Kirios, estás bien.
- Sí, supongo que la noticia me ha impactado un poco.
- No, la culpa es mía por decírtelo así de sopetón, perdona.
- ¿Perdona? ¿Por qué? ¿Por darme la mejor noticia de mi vida? Anette, sabes que te quiero y que lo único que me importas eres tú, bueno ahora también nuestro hijo...- ¿Quién ha dicho el hijo sea tuyo?
Me quedé muy parado y volví al estado de shock, no podía soportar la idea de que Anette tuviera un hijo de otra persona en su interior...
- Tranquilo Kirios, que es una broma, ¡claro que es tuyo tontín!
- No me lo vuelvas a hacer Anette, ¡me he llevado un susto de muerte!
Mi corazón estaba que se salía de mi pecho, estaba muy alterado.
- Lo he hecho para que tu corazón bombee sangre más deprisa y que te recuperes, después de una semana en inconsciente, tu cuerpo necesita toda la sangre que pueda para no atrofiarse. Ahora debes descansar, te deja cariño, adiós y descansa un rato que tengo que hacer la comida.
Todo me resulta extraño... Vivo feliz con la mujer a la que amo, vamos a tener un hijo, la solución para la enfermedad se ha descubierto... esta extraña felicidad absoluta me daba mala espina, soy de los que piensan que de una felicidad total, algo tiene que haber que la estropee y vuelva el sueño una pesadilla. Sin embargo, decidí dejar el tema apartado y vivir el presente, pensando en el futuro y disfrutar de la vida feliz que tengo hasta ahora.
Al poco tiempo, volvió Potum con Anette, me incorporé; me habían traído un poco de sopa. Me la tomé y nos quedamos un rato charlando. Pregunté por el estado de la cura, si la habían probado y si funcionaba con los demás afectados. La cura era efectiva, salvaba a la gente que estaba en fase de infección, dentro de los 2 primeros días, a las demás personas era prácticamente imposible, pues por su avanzado estado de enfermedad, no podían soportar la cura y se destruían, se cristalizaban como si se les hubiera inyectado mi sangre directamente.
- Potum, ¿cómo esta tu hermana, se ha recuperado?
- Sí, está como una rosa, quería venir a verte y a acompañar a la persona que hizo posible que se mejorara, pero debido a su avanzada edad, no puede venir, espero que lo entiendas.
- No importa Potum, iré a verla en cuanto esté recuperado.
- Kirios -dijo Anette- deberías estar por lo menos 2 días más en cama, no quiero que recaigas de tu herida.
- ¿Herida qué herida?
Me palpé todo el cuerpo sin encontrar ningún rasguño, hasta que llegué a la cabeza... Tenía toda la cabeza vendada, pregunté a Anette cómo era la herida, me respondió que tenía una brecha de unos 25 cm. y que me habías tenido que hacer puntos de sutura, también tenía un hematoma craneal, el causante de mi coma. Tras contarme las características de la herida con pelos y señales, les pregunté que cómo llegué hasta la casa. Potum me había traído en la camioneta. Anette fue a por él y vino a recogerme junto a él en la camioneta. Después de hablar durante bastante tiempo Potum se fue a casa de su hermana, pues estaba preocupado por ella. Anette y yo nos quedamos sólo, era casi de noche, Anette se había quedado dormida junto a mí, echada sobre la cama y yo estaba cansado así que me quedé dormido.
Esa misma noche tuve un sueño. Estábamos Anette y yo en una habitación, separados por un cristal trasparente, ambos intentábamos romper aquel cristal, pero era inútil, entonces aparece un hombre encapuchado del lado de Anette y se la lleva a pesar de que se resistía todo lo que podía. Me desperté sudoroso y temblando, miré a mi lado y pude ver como Anette seguía a mi lado, me fue un gran alivio verla de nuevo conmigo, esa pesadilla me había mostrado mi único temor. Cerré los ojos he intenté volver a conciliar el sueño, mañana sería otro día. Continuará...
Lectores hoy es mi cumpleaños y antes de que acabe el día quiero haceros un regalo y publicar una segunda parte de mi historia, a petición de mis lectores, ¿cómo no? XD Sigan leyendo y muestren un poco de apoyo, que si no pues podría dejar la historia a medio terminar... Hasta el próximo capítulo! =)
10 noviembre 2011
Un sueño extraño. Capítulo Final: La solución al problema.
Después de lo ocurrido en el acantilado, saber que no me iba a convertir en un Clomátodo y descubrir que el amor que sentía por Anette era recíproco; nada más me quedaba por hacer, me sentí el hombre más feliz del mundo, pero aún había una cuestión que recorría mi cuerpo y me hacía sentir incómodo. Era la cuestión de, ¿por qué yo era inmune a la enfermedad?
- Anette, por favor cuéntame porque soy inmune a la enfermedad de los Clomátodos.
- Verás, esto...
Veía en su expresión que lo que me iba a decir era algo un poco duro y difícil así que me fui preparando para lo peor.
- Kirios, tu eres inmune a la enfermedad por una razón y esa es que tú naciste de un Clomátodo... Tu madre... era un Clomátodo cuando naciste. Al ser un espécimen raro y extraño, el gobierno de mi país te puso a disposición de el laboratorio en el que trabajaba mi padre y mi madre, eran especialistas en la rama de la genética humana. Allí mis padres tu estuvieron estudiando durante años, sin descubrir nada, tan solo eras como un niño normal, salvo una pequeña diferencia. En una de las pruebas por un error humano, tu sangre y la de una muestra de Clomátodo se mezclaron y causaron una reacción química en la que tanto tu sangre como la de la muestra del Clomátodo estaban libres de la enfermedad, tu sangre había curado la enfermedad. Hasta ahí todo bien, menos cuando inyectamos algo de tu sangre a un Clomátodo infectado. Ese espécimen era tu madre. Al inyectar tu sangre empezó a mejorar, incluso llegó a parecer una persona normal, estaba curada. Pero después de 3 horas, 13 minutos y 26 segundos ocurrió algo terrible, tu madre murió. Al parecer tu sangre acaba con la enfermedad, pero al cabo de un tiempo se vuelve contra el cuerpo humano destruyendo toda célula viva de éste. Mi madre y mi padre investigaron esto, e intentaron resolver el problema, pero no encontraron la solución. Mi padre murió en la realización de una de las pruebas, se inyectó algo de tu sangre, nadie se mostró voluntario a probarlo, así que él mismo se entregó a la causa mientras mi madre estudiaba los efectos. Sorprendentemente mi padre no sufrió ningún cambio tanto físico como psíquico, al cabo de 3 horas seguí igual, al parecer no pasaba nada, siguió unos 3 días más internado, estudiando su comportamiento, sin anomalía alguna, hasta que llegó el momento. Mezclaron la sangre de mi padre con la de un Clomátodo y ocurría lo mismo que pasó con la tuya, la sangre se liberó de la enfermedad. Esperamos el tiempo necesario y al igual que con tu sangre, la sangre curada se destruyó. A mi padre no le quedaba otra, quiso probar que tu sangre curaba a la gente o que por lo menos la protegería, así que se infectó por el Clomatio, los primeros días no ocurrió nada, a esas alturas la enfermedad ya debería de haberle deteriorado las manos como mínimo, pero tras el quinto día sufrió la misma muerte que tu madre, Kirios. Tras eso mi madre siguió la investigación en honor a mi padre y yo me licencié en medicina, hice mi doctorado y ayudé a mi madre con la investigación, el resto ya lo sabes, nuestro gobierno se impacientó y decidió parar la investigación. pero mi madre me contó algo antes de morir que quizás pueda ser la solución a la enfermedad, a parte de el origen de la enfermedad, me dijo que en esta isla existe una planta parecida a la que dio origen a ésta, pero que al contrario que la planta que originaba la enfermedad, esta planta, era capaz de curar animales, el inconveniente es que hay miles de especies de plantas en esta isla y yo aún no conozco casi a la mayoría de ellas, además, aún no sabemos si podrá curar a los humanos.
En ese momento me acordé de una extraña planta. Sabía que la había visto en alguna parte de la isla y quizás fuera la planta que buscábamos.
- Anette, creo que sé donde puede estar esa planta, vamos a por e...
- ¡No!
Me respondió antes de que terminara la frase, enfadada, me miraba con una mirada penetrante que me dejó helado el corazón.
- !Por la noche no se sale Kirios¡ -gritó.
- Pero...
- !Ni peros ni nada¡ Al parecer aún no sabes lo que ocurre en esta isla durante la noche, ¿verdad?
- No, nunca me lo has contado.
- Pues verás, durante la noche, en la isla surgen una especie de plantas enredaderas del suelo que atrapan y engullen a todo ser que se mueva, enterrándolo y asfixiandolo. Esas plantas por cualquier razón no afecta a los Clomátodos, pero temo por lo que pueda ocurrirte a ti y a las personas que vagan de noche. La noche que llegaste tuviste suerte, esas plantas estaban ocupadas con una manada de Ragún que había tardado más de lo normal en ocultarse en las cuevas donde viven y pudiste escapar sin darte siquiera cuenta de lo que ocurría.
Esa noche dormimos juntos, el uno al lado del otro, nunca había estado tan a gusto en mi vida, no quería que ese momento acabara y me quedé dormido. Esa noche soñé algo extraño, soñé con la muerte de Anette, moría aplastada por un árbol en el bosque. Entonces me desperté sudoroso y asustado, fue la peor pesadilla que había pasado nunca. Anette no estaba, estaba abajo preparando el desayuno. Desayunamos juntos y estuvimos hablando sobre Priscia, Potum y los demás habitantes de la isla. Poco después salimos a buscar esa planta que recordé haber visto en alguna parte rocosa, Anette supuso que estaría en las montañas del norte de la isla, fuimos a por ella, me costó encontrarla, pero al verla la reconocí perfectamente. La cogimos y fuimos rápidamente a un laboratorio que había instalado bajo la casa de Anette, la noche que me tropecé con algo me había tropezado con el tirador de la trampilla. Bajamos y allí Anette tenía de todo, desde máquinas extrañas hasta muestras de sangre y camillas. Tan pronto como Anette estudió la composición de a planta lo comprendió todo. La planta transmitía unas esporas que al contacto con el ADN de los seres vivos, los hacía inmunes a la enfermedad, pero no los curaba. Tras este descubrimiento, había que probar la solución con un ser humano.
- Anette, me niego, no puedes arriesgarte tanto, si tu mueres la humanidad ya no tendrá ninguna esperanza y además, ¿qué haría yo sin ti?
- Lo siento Kirios es la única forma de saber si la cura es efectiva o no, es esta. No puedo permitir que más gente muera por esta enfermedad y no pienso pedírselo a nadie. Déjame acabar lo que empezaron mis padres, por favor.
Después de pensarlo y sin estar aún de acuerdo, dejé que siguiera con la prueba, si ella estaba tan segura de sí misma y quería hacerlo, quién era yo para juzgar sus decisiones y sus sueños. En esos momentos solo podía darle mi apoyo y esperar a que todo saliera bien.
La prueba se realizó con éxito, ella se inyectó primero las esporas y posteriormente la sangre con la enfermedad. Estuvo inconsciente durante 3 días, yo temía por que se quedara así para siempre, así que al tercer día al verla despertar me llevé una gran alegría, estaba curada y la prueba fue un éxito. En ese momento se volvió hacia mi y me dijo:
- ¡Kirios! ¡Inyéctame un poco de tu sangre, deprisa!
No me lo pensé dos veces y le hice caso, tras eso volvió a estar en inconsciente unos minutas más, después de ello despertó y me besó. Luego pude notar como caía una lágrima de sus ojos, ¡habíamos descubierto la cura a la enfermedad!
Para celebrarlo Anette decidió hacer una fiesta e ir a por unos ingrediente para hacer una tarta. Yo la acompañe a ir a por ellos y al regresar empezamos a cocinar, cuando llevábamos unos minutos, se acordó de que le faltaba un ingrediente importante, así que fue al bosque a por él. Mientras yo iba preparando las cosas para cuando volviera sentí la sensación de haber vivido esto antes, entonces recordé el sueño que tuve hace unos días. Corrí hacia donde creía que estaba Anette, entonces la encontré recogiendo el fruto de un árbol que estaba bastante alto, tras bajar, me dijo que aún le quedaban 2 más así que no me preocupara que dentro de poco volvería a casa. Preocupado, fui a coger yo mismo esos frutos, me subí a el próximo árbol y de allí cogí los 2 frutos que necesitábamos, al bajar una rama se partió y caí al suelo de cabeza después de haberme golpeado repetidas veces con las ramas del árbol. Perdí el conocimiento y lo próximo que recuerdo es haberme despertado en una cama, rodeado de flores, entonces vi a Potum, él corriendo llamó a Anette, Anette vino y me dio un beso en la frente, había estado una semana sin sentido.
Tras eso Anette me dijo que me tenía que decir una cosa y que si podía dejarnos a solas. Potum se marchó y Anette me dijo:
- Kirios, ¡estoy embarazada!
He aquí el final de mi historia... Gracias a todos mis lectores y gracias por el apoyo que me habéis dado siempre con mi historia. Esta historia está basada en un sueño que tuve la noche entre un Sábado y un Domingo. Espero que les haya gustado la historia y espero que hayan disfrutado tanto como yo el compartir estos momentos de mi sueño con vosotros. Atentamente, un servidor y creador de este Blog.
- Anette, por favor cuéntame porque soy inmune a la enfermedad de los Clomátodos.
- Verás, esto...
Veía en su expresión que lo que me iba a decir era algo un poco duro y difícil así que me fui preparando para lo peor.
- Kirios, tu eres inmune a la enfermedad por una razón y esa es que tú naciste de un Clomátodo... Tu madre... era un Clomátodo cuando naciste. Al ser un espécimen raro y extraño, el gobierno de mi país te puso a disposición de el laboratorio en el que trabajaba mi padre y mi madre, eran especialistas en la rama de la genética humana. Allí mis padres tu estuvieron estudiando durante años, sin descubrir nada, tan solo eras como un niño normal, salvo una pequeña diferencia. En una de las pruebas por un error humano, tu sangre y la de una muestra de Clomátodo se mezclaron y causaron una reacción química en la que tanto tu sangre como la de la muestra del Clomátodo estaban libres de la enfermedad, tu sangre había curado la enfermedad. Hasta ahí todo bien, menos cuando inyectamos algo de tu sangre a un Clomátodo infectado. Ese espécimen era tu madre. Al inyectar tu sangre empezó a mejorar, incluso llegó a parecer una persona normal, estaba curada. Pero después de 3 horas, 13 minutos y 26 segundos ocurrió algo terrible, tu madre murió. Al parecer tu sangre acaba con la enfermedad, pero al cabo de un tiempo se vuelve contra el cuerpo humano destruyendo toda célula viva de éste. Mi madre y mi padre investigaron esto, e intentaron resolver el problema, pero no encontraron la solución. Mi padre murió en la realización de una de las pruebas, se inyectó algo de tu sangre, nadie se mostró voluntario a probarlo, así que él mismo se entregó a la causa mientras mi madre estudiaba los efectos. Sorprendentemente mi padre no sufrió ningún cambio tanto físico como psíquico, al cabo de 3 horas seguí igual, al parecer no pasaba nada, siguió unos 3 días más internado, estudiando su comportamiento, sin anomalía alguna, hasta que llegó el momento. Mezclaron la sangre de mi padre con la de un Clomátodo y ocurría lo mismo que pasó con la tuya, la sangre se liberó de la enfermedad. Esperamos el tiempo necesario y al igual que con tu sangre, la sangre curada se destruyó. A mi padre no le quedaba otra, quiso probar que tu sangre curaba a la gente o que por lo menos la protegería, así que se infectó por el Clomatio, los primeros días no ocurrió nada, a esas alturas la enfermedad ya debería de haberle deteriorado las manos como mínimo, pero tras el quinto día sufrió la misma muerte que tu madre, Kirios. Tras eso mi madre siguió la investigación en honor a mi padre y yo me licencié en medicina, hice mi doctorado y ayudé a mi madre con la investigación, el resto ya lo sabes, nuestro gobierno se impacientó y decidió parar la investigación. pero mi madre me contó algo antes de morir que quizás pueda ser la solución a la enfermedad, a parte de el origen de la enfermedad, me dijo que en esta isla existe una planta parecida a la que dio origen a ésta, pero que al contrario que la planta que originaba la enfermedad, esta planta, era capaz de curar animales, el inconveniente es que hay miles de especies de plantas en esta isla y yo aún no conozco casi a la mayoría de ellas, además, aún no sabemos si podrá curar a los humanos.En ese momento me acordé de una extraña planta. Sabía que la había visto en alguna parte de la isla y quizás fuera la planta que buscábamos.
- Anette, creo que sé donde puede estar esa planta, vamos a por e...
- ¡No!
Me respondió antes de que terminara la frase, enfadada, me miraba con una mirada penetrante que me dejó helado el corazón.
- !Por la noche no se sale Kirios¡ -gritó.
- Pero...
- !Ni peros ni nada¡ Al parecer aún no sabes lo que ocurre en esta isla durante la noche, ¿verdad?
- No, nunca me lo has contado.
- Pues verás, durante la noche, en la isla surgen una especie de plantas enredaderas del suelo que atrapan y engullen a todo ser que se mueva, enterrándolo y asfixiandolo. Esas plantas por cualquier razón no afecta a los Clomátodos, pero temo por lo que pueda ocurrirte a ti y a las personas que vagan de noche. La noche que llegaste tuviste suerte, esas plantas estaban ocupadas con una manada de Ragún que había tardado más de lo normal en ocultarse en las cuevas donde viven y pudiste escapar sin darte siquiera cuenta de lo que ocurría.
Esa noche dormimos juntos, el uno al lado del otro, nunca había estado tan a gusto en mi vida, no quería que ese momento acabara y me quedé dormido. Esa noche soñé algo extraño, soñé con la muerte de Anette, moría aplastada por un árbol en el bosque. Entonces me desperté sudoroso y asustado, fue la peor pesadilla que había pasado nunca. Anette no estaba, estaba abajo preparando el desayuno. Desayunamos juntos y estuvimos hablando sobre Priscia, Potum y los demás habitantes de la isla. Poco después salimos a buscar esa planta que recordé haber visto en alguna parte rocosa, Anette supuso que estaría en las montañas del norte de la isla, fuimos a por ella, me costó encontrarla, pero al verla la reconocí perfectamente. La cogimos y fuimos rápidamente a un laboratorio que había instalado bajo la casa de Anette, la noche que me tropecé con algo me había tropezado con el tirador de la trampilla. Bajamos y allí Anette tenía de todo, desde máquinas extrañas hasta muestras de sangre y camillas. Tan pronto como Anette estudió la composición de a planta lo comprendió todo. La planta transmitía unas esporas que al contacto con el ADN de los seres vivos, los hacía inmunes a la enfermedad, pero no los curaba. Tras este descubrimiento, había que probar la solución con un ser humano.
- Anette, me niego, no puedes arriesgarte tanto, si tu mueres la humanidad ya no tendrá ninguna esperanza y además, ¿qué haría yo sin ti?
- Lo siento Kirios es la única forma de saber si la cura es efectiva o no, es esta. No puedo permitir que más gente muera por esta enfermedad y no pienso pedírselo a nadie. Déjame acabar lo que empezaron mis padres, por favor.
Después de pensarlo y sin estar aún de acuerdo, dejé que siguiera con la prueba, si ella estaba tan segura de sí misma y quería hacerlo, quién era yo para juzgar sus decisiones y sus sueños. En esos momentos solo podía darle mi apoyo y esperar a que todo saliera bien.
La prueba se realizó con éxito, ella se inyectó primero las esporas y posteriormente la sangre con la enfermedad. Estuvo inconsciente durante 3 días, yo temía por que se quedara así para siempre, así que al tercer día al verla despertar me llevé una gran alegría, estaba curada y la prueba fue un éxito. En ese momento se volvió hacia mi y me dijo:
- ¡Kirios! ¡Inyéctame un poco de tu sangre, deprisa!
No me lo pensé dos veces y le hice caso, tras eso volvió a estar en inconsciente unos minutas más, después de ello despertó y me besó. Luego pude notar como caía una lágrima de sus ojos, ¡habíamos descubierto la cura a la enfermedad!
Para celebrarlo Anette decidió hacer una fiesta e ir a por unos ingrediente para hacer una tarta. Yo la acompañe a ir a por ellos y al regresar empezamos a cocinar, cuando llevábamos unos minutos, se acordó de que le faltaba un ingrediente importante, así que fue al bosque a por él. Mientras yo iba preparando las cosas para cuando volviera sentí la sensación de haber vivido esto antes, entonces recordé el sueño que tuve hace unos días. Corrí hacia donde creía que estaba Anette, entonces la encontré recogiendo el fruto de un árbol que estaba bastante alto, tras bajar, me dijo que aún le quedaban 2 más así que no me preocupara que dentro de poco volvería a casa. Preocupado, fui a coger yo mismo esos frutos, me subí a el próximo árbol y de allí cogí los 2 frutos que necesitábamos, al bajar una rama se partió y caí al suelo de cabeza después de haberme golpeado repetidas veces con las ramas del árbol. Perdí el conocimiento y lo próximo que recuerdo es haberme despertado en una cama, rodeado de flores, entonces vi a Potum, él corriendo llamó a Anette, Anette vino y me dio un beso en la frente, había estado una semana sin sentido.Tras eso Anette me dijo que me tenía que decir una cosa y que si podía dejarnos a solas. Potum se marchó y Anette me dijo:
- Kirios, ¡estoy embarazada!
He aquí el final de mi historia... Gracias a todos mis lectores y gracias por el apoyo que me habéis dado siempre con mi historia. Esta historia está basada en un sueño que tuve la noche entre un Sábado y un Domingo. Espero que les haya gustado la historia y espero que hayan disfrutado tanto como yo el compartir estos momentos de mi sueño con vosotros. Atentamente, un servidor y creador de este Blog.
06 noviembre 2011
Un sueño extraño. Capítulo 8: Memoria recuperada.
Tras perder el conocimiento entré de nuevo en un sueño, pero no era un sueño normal, era un sueño que ya había vivido... Estaba de nuevo en aquel laboratorio, metido en ese tubo de ensayo gigante, despierto con los ojos abiertos, sin parpadear, dentro de aquel extraño líquido y sin poder moverme. Apareció Anette seguida de su madre, las dos venían hacia a mí con cara triste y desanimada, murmuraron algo sobre un avión y tras tocar unos botones, vaciaron el líquido, desengancharon el tubo de ensayo de su plataforma y fui cayendo lentamente gracias a una máquina que me estaba bajando de aquella máquina, una vez en el suelo me levantaron y me pusieron en una especie de camilla a la que me ataron fuertemente. Seguidamente me llevaron a través de unas puertas y pasillos que apenas podía ver pues estaba boca arriba. Salimos al exterior y escuché el sonido del motor de un helicóptero, estábamos en un azotea, me ataron con una cuerda y volamos hacia una pista de aterrizaje, donde nos esperaba un avión. Montamos en él y pude oír como decían que nos dirigíamos a una isla en medio del Océano Pacífico.Estuvimos varias horas o minutos volando, era incapaz de percibir el tiempo con exactitud, escuché como el piloto decía que habíamos legado a la isla, mientras sobrevolábamos la isla hubo un incidente, ¡nos atacaban! Al parecer eran mercenarios contratados por Tellman, al parecer quería quedarse conmigo y venderme a una empresa privada, o eso escuche de la conversación de Anette y su madre, durante las maniobras para intentar esquivar los ataques de Tellman el avión se golpeó con un árbol y se averió un motor, nos dispusimos a saltar del avión, pero entonces ocurrió algo que se me quedó grabado en la mente, olvidado por mi amnesia.
- Anette, al piloto le ha alcanzado una bala y le ha dado en la cabeza, ¡está muerto! Quiero que le pongas un paracaídas al sujeto y saltéis del avión cuando yo os lo diga.- Pero mamá, ¿tú que harás?
- Yo me quedaré, así Tellman creerá que en el avión aún sigue el sujeto y que se dirige a otra parte, rápido Anette prepara el paracaídas, ¡no hay mucho tiempo!
Mientras Anette preparaba el paracaídas pude ver cómo se le caían las lágrimas.
- Anette, ¿estáis preparados? A la de 3 saltáis... 1..., 2... ¡¡¡3!!!
Saltamos y se abrió el paracaídas, al tomar tierra me dí un duro golpe, después de eso puede ver como derribaban el avión donde estaba la madre de Anette, después de eso me desmayé y lo próximo que recuerdo fue haber aparecido en aquel pueblo abandonado.
Desperté, allí tirado en medio del bosque, estaba cubierto de tierra y me dolía todo el cuerpo, me levanté y caminé hacia nuestra casa, para recoger mis cosas y marcharme de ese lugar. Recogí mi diario, mi ropa y justo cuando iba a salir de la casa, !apareció por la puerta Anette! Me abrazó y me dijo...
- Nunca me des más estos sustos, ¡no sabía donde habías estado!- No te acerques, -la aparté de mi empujándola- debo irme, ¡un Clomátodo me ha besado!
- ¡No! Kirios, no te puedes ir, ¡a ti no te afecta la enfermedad! Eres el único ser humano al que no le afecta la enfermedad, eso era lo que mi madre y yo estábamos investigando antes de que ocurriera al accidente, además los efectos del beso son instantáneos, pierdes el conocimiento después del beso y cuando despiertas estás lleno de moratones y la piel se te cae poco a poco.
- Entonces... ¿No estoy infectado?
- ¡No! Ya sé que debí decírtelo antes, pero no se me ocurría como decírtelo y contarte tu pasado, es bastante difícil para mí y después está la muerte de mi madre...
Después de pronunciar su última palabra la besé, fue un beso de amor... Mis sentimientos por ella se hicieron realidad en una solo expresión de mi cuerpo, ella seguía allí besándome también, después de unos 2 minutos o así dejamos de dárnoslo y sus palabras fueron...
- ¡No me dejes nunca más!
Continuará...
Querido público el próximo capítulo será el final... La publicación está prevista para el próximo 10/11/2011 Jueves! Nada más que decir mi querido público. Hasta la próxima y traiganse palomitas y pañuelos para el capítulo final!
03 noviembre 2011
Un sueño extraño. Capítulo 7: El acantilado.
Hoy es un nuevo día, me he despertado con muy buen humor, es la primera vez que no tengo pesadillas desde que estoy en esta casa. Supongo que me estoy acostumbrando a la vida que llevo aquí. He decidido que hoy voy a ir con Anette a por unas hierbas medicinales que necesitamos para la hermana de Potum, Priscia. Priscia sufre una parálisis de la pierna izquierda que le impide caminar y tenemos que hacer una infusión con unas hierbas que se encuentran en el filo de los acantilados del norte de la isla.Estuvimos caminando durante una hora más o menos hasta que llegamos a unos acantilados bastante altos y escarpados, como ya me había explicado Anette, cogimos una cuerda y la atamos a unos arbole que había por allí cerca, Anette se puso un arnés y se dispuso a bajar por el acantilado. Una vez colgada del acantilado se deslizó por la pared de piedra buscando esas hierbas, yo de mientras estaba sujetando la cuerda para bajar o subir a Anette.
- Baja un poco más Kirios, las hierbas están justo debajo mía y no llego desde aquí.
- Pero Anette, si te bajo más me quedaría con poca cuerda y me costaría más subirte luego, no creo que pueda subirte si vas cargada.
- No te preocupes, confío en ti.
Bajé un poco más la cuerda, incluso haciendo palanca con el árbol, pesaba bastante, Anette necesitaba grandes cantidades de esas hierbas y apenas podía mantenerme aguantándola, las manos me resbalaban, estaba sudando y mis fuerzas me empezaban a fallar.
-Kirios ya es suficiente, ¡súbeme!
- Eso intento, creo que pesa demasiado. ¿No tienes ningún saliente en el que dejar un poco del cargamento?
- No Kirios, esta pared es demasiado plana y es totalmente imposible que pueda dejar algo en ella, por favor, intenta subirme con la mochila unos metros más y yo lanzaré la mochila hasta arriba, creo que podré llegar.
- Vale, lo intentaré.
Seguí tirando coma pude y poco a poco fui subiendo a Anette. Después de unos minutos me dijo que parase y que me agarrara fuerte que iba a lanzar la mochila. Lanzó la mochila por encima del acantilado y logró que se salvara, después la subí poco a poco hasta que vi como asomaba su cabeza por el borde del acantilado. Mi alegría fue enorme al verla salir de aquel lugar tan peligroso, a parte de lo plana que era la pared de piedra también corría un viento muy fuerte que zarandeaba a Anette de un lado a otro. Tras subir pude respirar tranquilo por un momento pues justo después ocurrió algo terrible. Anette se desmayó, había gastado demasiadas fuerzas trepando por el acantilado y lanzando la mochila, estaba agotada, por poco se cae por el acantilado, pude observar como tenía varias magulladuras y golpes debido a los golpes con la pared de piedra ocasionados por el fuerte viento que soplaba. Me asusté al ver que salía sangre de debajo de ella así que la cogí en brazos, me puse la mochila y me marché a casa a toda prisa.Sabía que nuestra casa estaba lejos, pero no me rendí, estaba muy cansado, el esfuerzo que hice al subirla me había agotado, así que recordé que la casa de Priscia estaba cerca, que estaba de camino entre los acantilados y nuestra casa, intenté llevarla hasta allí, pero aún quedaban más cosas... Apareció un Clomátodo. Estaba tan cansado que apenas podía moverme con Anette encima, así que decidí dejarla en el suelo e intentar alejar al monstruo de ella lo más rápido posible así que cogí un palo y lo atraje hasta un lugar alejado de ella y después le pegué con el palo, eso lo mantendría fuera de combate unos instantes, los suficientes como para coger a Anette y huir a casa de Priscia.
Volví, cogí a Anette y nos marchamos a casa de Priscia. Una vez allí y después de haberme quitado de encima a ese Clomátodo llamé a la puerta y me abrió Potum, me ayudó a cargar con Anette y la tumbamos en una cama. Recordaba unas hierbas que me enseñó Anette, que servían para sanar heridas y me fui de inmediato a buscarlas, creí haberlas visto cuando huíamos del Clomátodo, y en efecto, allí estaban, me puse a recogerlas como un loco sin prestar mucha atención a lo que ocurría a mi alrededor hasta que fue demasiado tarde para darme cuenta de que tenía un Clomátodo detrás mía. !Y me dio un beso¡ Yo de inmediato me lo quité de encima y salí corriendo hacia la casa de Priscia. Una vez allí curé a Anette, resulta que no encontraba la herida principal, la que sangraba tanto, al parecer Anette tenía el periodo y eso fue el detonante de su excesivo desgaste, solo necesitaba reposo y estaría curada, le dí a Potum las hierbas para curar la parálisis de su hermana y le dije que debía hacer una infusión con ellas, después me fui de allí.¿Qué me pasaría ahora? ¿Me convertiría en un Clomátodo? ¿Cómo sería el proceso de transformación? Esas eran muchas de las incógnitas que me rondan la cabeza antes de perder el conocimiento, sentí un dolor punzante en la cabeza y entonces recordé mi pasado... Continuará.
Bueno lectores, espero que este capítulo os guste, siento dejarlo aquí, pero lo dicho, ¡hay que darle emoción a la historia! ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Hasta otra! =)
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

