04 noviembre 2012

El refugio del viajero sin rumbo. Capitulo 8: Uno de los peores días de mi vida.

Como en un largo y negro túnel me sumerjo en la inmensidad de la oscuridad una vez más. Todo sigue igual, depresión tras depresión, una caída tras otra. Y no para nunca de preguntarme cuándo remontaré el vuelo de nuevo.

Este ha sido uno de los peores días de mi vida, digo uno de los peores porque creo recordar que hubo uno peor, pero no quiero recordarlo pues me fue difícil superarlo. Estoy en un punto crítico de mi vida y confío en mí mismo para seguir adelante pase lo que pase. Sufro demasiado a causa de circunstancias que me son superiores y no puedo controlar. Muchas veces me pregunto qué pasaría si yo desapareciera. Y siempre llego a la misma conclusión... Nadie notaría mi falta, todos seguirían con sus vidas tal y como siempre ha sido. Yo sé que eso ocurriría, pero cuando ocurre al contrario, cuando vuelves a perder tú a alguien es cuando te das cuenta de que te cuesta mucho seguir adelante. Tu vida nunca será la misma y así ha permanecido alterada con cada pérdida.

Mi mayor pérdida fue a la tierna edad de los 7 años, la primera y la más dolorosa. Recuerdo haber llorado durante semanas, estar deprimido hasta meses después. Y aún hoy día lloro por aquel suceso que no me permitió despedirme de aquel ser querido al que siempre echaré de menos y al que hoy se le suma otro. Todos mis esfuerzos por tratar de conseguir la felicidad han sido en vano, pero incluso cuando no he tratado de conseguirla, cuando tan sólo he deseado lograr estabilidad sin más sufrimiento ni emoción, sucumbo de nuevo en las entrañas del silencio rodeado de una penumbra asfixiante que apenas me deja vivir en paz. Yo nunca olvido a aquella persona u animal que he perdido, los recuerdo a todos ellos, los reconozco a todos ellos, no olvido sus caras, sus voces, sus gestos. Puedo llegar a ser muy olvidadizo, pero en cuanto a muerte se refiera, nunca olvido porque siempre noto que me falta esa gente, esos compañeros, que me han estado acompañando durante varias etapas de mi vida. No quiero olvidar nunca aquellas veces que me refugiaba en el silencioso consuelo de mi primera pérdida. El primer ser querido que perdí y que nunca podré recuperar. Nadie nunca podrá llenar ese hueco, nunca. Ni ese ni ninguno de los que llevo hasta ahora y que aumentará con el paso del tiempo y que finalizará con el hueco de mi propia muerte.

Te echo de menos cada día de mi vida. Y siempre recordaré tu color negro como el carbón mientras viva. Todo está en mi mente y por ello aún vives en mi mente. Siempre quise haberme despedido. Lo siento.

Continuará?

Ey! Qué tal? Espero que os marche todo bien, estoy un poco desgastado física y mentalmente y creo que le daré fin a esta historia pronto... Aunque he de aceptar que me ayuda mucho escribir en mis días más difíciles. En fin... Os quiero a tod@s! Gracias por leer! =)